30.5.08

Una historia real

Estas son las cosas que me pueden. Ante tanta perversidad, ante tanta soberbia, ante tanto hijoputismo, aparecen estas historias que son como un bálsamo, como una fuente de agua fresca, a pesar de lo triste del caso y a pesar del infortunio de tantos seres humanos.
Cuántas veces, en el afán de filosofar, hemos pensado en la arbitrariedad de la vida, en la cadena de injusticias y falta de lógica de muchas de nuestras acciones, en el por qué unos son beneficiados con la dicha y otros, castigados con la desgracia.
Como le decía el viejo Blake al tigre, refiriéndose a Dios: "¿El que creó al cordero, te crea a ti?"
Esta historia me la contó un padre atribulado y, a la vez, emocionado. Este hombre tenía un hijo discapacitado. En una ocasión, pasaban por la cancha del club de barrio donde estaban jugando un partido de fútbol. Su hijo, Facundo, le preguntó si lo dejarían jugar; el padre sabía que era difícil debido a la discapacidad de su hijo, pero hizo el intento. Se metieron en la cancha y, al rato, vino un muchacho, con la cinta de capitán en el brazo, y le dijo a Facundo: "¿No querés estar como suplente, faltan quince minutos y perdemos 2 a 1?"
Facundo, exultante, se puso la camiseta transpirada que había dejado otro muchacho. Y faltando cinco minutos, su equipo empata el partido 2 a 2. Y !oh, sorpresa! en una jugada en el área rival, el referí cobra penal. El equipo de Facundo tenía la oportunidad de ganar el partido 3 a 2. Y ese mismo muchacho, con la cinta de capitán, sale de la cancha y le deja el lugar a Facundo para que éste patee el penal.
El padre sabía que sólo un milagro podría hacer que su hijo convirtiera el penal. Y el milagro se produjo. Facundo pateó un tirito suave (lo máximo que podía hacer) y el arquero contrario voló como si la pelota se fuera a meter en el ángulo superior derecho y el tirito le pasó por debajo de la pierna y se convirtió en gol.
Facundo, en su alegría, levantó los brazos mientras los veintidos jugadores lo vitoreaban. Era el héroe de la jornada.
Cuando llegó a su casa y le contó a su madre, ésta, rebosante de dicha, lo apretó contra su corazón. Facundo lloraba de contento.
Fue el último verano que estuvo entre nosotros. Al invierno siguiente, Facundo nos dejó y debe estar en algún lugar del tiempo y el espacio, contando ese penal a quien lo quiera oír o, tal vez, protagonizando otras hazañas como esa.
Tal vez, esto no sea así, pero es lo que quisiera. Por una vez, la solidaridad humana congregó a veintidos almas para que Facundo pateara el penal de su vida y la pelota penetrara en el arco.
El otro día, observando un partido de chicos y viendo a tantos imbéciles (léase padres) insultar a sus propios hijos y a los hijos de los contrarios por una jugada invalidada o por un pifie en el juego, recordé, otra vez, la historia de Facundo. Y también me vino a la memoria esa arbitrariedad de la vida; cómo el padre de este chico discapacitado quisiera tenerlo a su lado, aunque errara mil penales. Y cómo aquellos que tienen hijos sanos, los degradan en público porque no jugaron como ellos querían.
Tenía razón el viejo William Blake: es muy perverso crear tigres y corderos, pero ¿para qué estamos nosotros sobre la tierra si no es para equilibrar las diferencias? ¿Para qué estamos?

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales. En el 2007 fue declarado "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BS.AS."

23.5.08

!Viva la Patria!

Se acerca el 25 de mayo y se me infla el corazón de patriotismo. Me coloco la escarapela, me emociono ante las banderitas azul y blanca en las puertas de los taxis, me sumo a los desbordes sentimentales de aquellos que lanzan frases estruendosas sobre nuestro "ser nacional".
!Carajo! !Como para no emocionarse! Y luego, de secarme el llanto, y guardar el pañuelo, me pongo a pensar en toda la farsa del patrioterismo.
Y recuerdo que los alemanes se manducaron seis millones de personas con esto de la patria y de la raza aria. Y Stalin confinó en Siberia millones de tipos porque no habían comulgado con la "madrecita Rusia". Y, entre nosotros, desaparecieron miles de jóvenes bajo la consigna de "somos derechos y humanos". Y murieron centenares de pibes, congelados y sin saber por qué, porque a un hijo de puta se le ocurrió ir a "argentinizar" las islas Malvinas.
!Cuántas patrañas! !Cuánta demagogia de cuarta!
Dicen ser compatriotas tuyos, pero si te pueden pisar, te pisan. Ese colectivero que te cierra las puertas en las narices, ese empleadito de Banco que te da vuelta la cara, ese portero que te mira de arriba-abajo como si fueras el jorobado de notre dame, el que se quedó con tus ahorros, el que, todos los días, te garca con la inflación, son -en la realidad virtual- habitantes de tu mismo suelo y, por ende, tendrían que marchar, codo a codo, contigo, en la solidaria actitud de un paisano.
Pues, no es así. Vives en una selva y hay que disfrazarse de tigre, de chacal, de rata de pantano, de cualquier alimaña viva, para sobrevivir. !Qué tristeza!
De ese 25 de mayo, ya nos mienten de entrada todos los historiadores truchos que existen por ahí, lenguaraces y chantas, que se hacen la película con cosas que pasaron hace doscientos años.
Entonces, dicen que "el pueblo quiere saber de qué se trata" y el pueblo frente al Cabildo no llegaban a cien. Y dicen que llovía y estaban con paragüas cuando los paragüas valían cuatro reales cada uno (una fortuna) y venían importados de Londres. Nos hablan de French y Beruti que eran dos patoteros (parecidos a D´Elía). El premio a French, que era cartero, fue nombrarlo Coronel.
Mataron a Moreno, pero de eso no se habla. Ponderan a Dorrego, un imbécil que se permitió reírse de Belgrano porque éste tenía la voz aflautada. Y ya no había plata para construir escuelas...
En la actualidad, inflamado de patriotismo, el gobierno se traslada hasta !Salta! para celebrar el 25 de mayo. Cuando, en realidad, es un acontecimiento eminentemente porteño porque pasó en Buenos Aires y fue Buenos Aires el que le picó el boleto al Virrey. ¿Le tienen miedo a la Homilía de Bergoglio? ¿Tienen terror que Bergoglio, con su parsimonia y su cara de póker, los levante en peso? ¿Les diga la verdad en la cara?
Quiero el lugar donde vivo, donde me comporto honestamente y trabajo como un galeote. No necesito dar muestras de "patriotismo". Lo hago todos los días cuando laburo sin joder a nadie. Pero hay un montón de hijos de puta que deberían escribir 500 mil veces "soy patriota" y, luego, a patadas en el culo, habría que llevarlos hasta Luján y, más tarde, traerlos dentro de una bolsa de arpillera y arrojarlos al Riachuelo como desechos contaminantes denunciados por Greenpeace.
Empezando por los que tienen el poder, empezando por los que venden eso que dicen defender, no por treinta monedas de mierda, sino por millones de verdes que van a parar a sus grosas cuentas bancarias (en Suiza, por supuesto).
Pero, eso sí. !VIVA LA PATRIA!
Nunca está de más, para los turros, lanzar un grito argentino, claro, vibrante y falso.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales. En el año 2007 fue declarado "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BS.AS.)

7.5.08

En el barrio La Mondiola

Resulta que, hace unos días, anduve por el famoso barrio La Mondiola de Montevideo. Queda en la zona de Malvín y hasta allí fui, un viernes a la noche, a contar cosas de tango en el aniversario del Rotary de Malvín.
Llevamos para hacer "Garufa" de Soliño, Fontaina y Collazo, tres yoruguas de aquellos años.
Ese barrio La Mondiola, que cita el tango, era un barrio non sancto de Montevideo, al que las autoridades le daban licencia y era, como se decía, un barrio "permisivo". Allí tenía un ranchito la Troupe Ateniense, que era un grupo de artistas agrupados en comparsa. De allí salió el tango "Garufa", "Niño Bien", "Maula" y otros.
También, de casualidad, descubrí en Montevideo una calle que lleva el nombre de Víctor Soliño, que era español y había venido de muy chico a Montevideo. Soliño tiene libros publicados y una cantidad de letras de tango como éste al que me refiero. Su calle sale de donde está el Sheraton de Punta Carretas.
También encontré una plazoleta que lleva el nombre de Alfredo Zitarrosa. Está frente al cementerio de Montevideo.
Pero, bueno. Ese barrio La Mondiola es de donde salía "Garufa" un personaje que Soliño y Fontaina ridiculizan en el tango. Era Garufa el típico gil que se creía un vivo de siete suelas. Y por eso caminaba por la calle San José, una calle céntrica de Montevideo. Eso fue cuando el tango lo cantaba el uruguayo Alberto Vila. Cuando el tema cruzó el charco y lo agarró Rosita Quiroga, sus autores le cambiaron lo de la calle San José por el Parque Japonés. Develado el enigma del por qué autores uruguayos hablaban del Parque Japonés que estaba en Buenos Aires, en la zona de Retiro.
Cuando estaba explicando el tango ante una cantidad grande de público, un viejito sentado a una mesa, muy bien, se prendió en la evocación y empezó a contar entretelones del tango, con gran sapiencia. Por respeto, me mantuve en silencio hasta que el Presidente del Rotary de Malvín lo cortó en seco y el viejito se llamó a silencio. Pero, en verdad, no estaba diciendo pavadas; conocía y mucho de estos temas de autores uruguayos.
Fue una noche hermosa la vivida en el barrio de Malvín, en pleno La Mondiola que lucen, orgullosos, los habitantes de ese cacho de historia de una ciudad entrañable, muy generosa con nosotros.
El sábado por la noche, me llevaron a una cena-show donde, también, la pasé muy bien con un espectáculo muy bien armado con candombe, folklore y tango y un servicio gastronómico excelente. El lugar se llama "El Milongón" y está en el centro de Montevideo.
Allí conocí a una mulata que bailaba candombe, que era el número atracción por su cuerpo generoso. Todavía tengo en mi retina esas caderas y esos gluteos que se movían, frenéticamente, al son de los tamboriles.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales. En el año 2007, fue reconocido como "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BS.AS.)

3.5.08

Una Travesura

Recibí una invitación de la editorial Dunken para participar en una Antología de autores de poesía y envié un poema que titulé: "La Tejedora en el patio".
El poema salió seleccionado, según parece, entre más de 3000 textos que recibió la editorial y acaban de publicar el libro. "La Tejedora en el patio" se convirtió, por obra de los que corrigieron el libro, en "La Tejedora". Pero ahí está, compartiendo con más de 60 textos la antología en cuestión, que titularon: "Agujas del tiempo".
El libro está muy bien editado aunque debieron poner los datos personales de los autores. Para eso, los habían pedido. Pero, bueno. Son detalles. Y el día 1 de mayo (día del Trabajador) lo presentaron en la sala Victoria Ocampo de la Feria del Libro.
Hasta allí, fui, sorteando cochecitos con pibe, ancianos con trípode, discapacitados que exhiben su cucarda de impedidos, colados y cuanta humanidad se le ocurrió ir en un feriado a visitar la Feria como si fuera ésta un gran shopping, aunque con un solo producto: el libro.
Como es mi inveterada costumbre, me equivoqué de sala y me fui a la Jorge Luis Borges. Por lo cual, luego tuve que caminar tropezando con multitudes que venían en contrario para llegar a la sala en cuestión. Pero, bueno, llegué y me senté en una sala a medio llenar que contaba, ya, en el escenario con los que iban a presentar la antología y las dos actrices que iban a leer: Zulma Faiad y Erika Wallner.
El acto fue ameno, breve, las dos actrices leyeron muy poquitos poemas del libro, había unos cuantos autores que no estaban presentes, algunos porque eran del interior del país y otros porque se deben haber quedado durmiendo aprovechando el feriado.
Cuando me tocó el turno de pasar al frente a buscar el ejemplar que me regaló Dunken, Zulma Faiad me miró y me dijo que mi poema "le había encantado", juicio que refrendó Erika, vestida a lo varón con un sombrerito que le quedaba divino.
Agradecí, como corresponde, y al darme vuelta veo que el fotógrafo del acto era mi amigo, el poeta Daniel Grad. Nos saludamos y él, con la impronta de todo fotógrafo, me obligó a subir al estrado y sacarme una foto con las dos actrices que, gentilmente, aceptaron.
Por lo tanto, además de poeta, ahora soy un cholulo. Y recordé mis años mozos cuando íbamos al Tabarís a ver bailar a la "lechuguita" Zulma Faiad, una turquita que estaba en los sueños y en las ensoñaciones de tantos jóvenes, incluyéndome a mí.
Nos dimos un beso, la apreté un poquito y me bajé del estrado con la sensación de haber cumplido (aunque sea de modo virtual) aquel sueño mozo: ser el galán, el amado, el amante, el macho pistola, de una vedette que daba las doce antes de tiempo.
Ah, cosas de la vejez...De poeta sensual y lúbrico...De tipo que ha amado más con el bocho que con el físico...Que Zulma (y Erika) hayan dicho que mi poema "La Tejedora" les había "encantado", es uno de los elogios que me gustarían poner en un marquito. Y lo ando desparramando por todos lados...Y lo luzco y lo recuerdo con orgullo, porque, en definitiva, es como si me lo hubiesen dicho en otro ámbito...y no por mi poema, se entiende...

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales. En el año 2007, fue reconocido como "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BS.AS." por la Legislatura Porteña.