29.6.07

La buena memoria

En esos discursos que dan vergüenza ajena, nuestro presidente, en un alarde más de su patoterismo infantil, dijo que el próximo 28 de octubre, desde Tierra del Fuego (¿Tierra del Fuego?)a Jujuy, las urnas "van a estar llenas de buena memoria".
Un santacruceño (que lo conoce bien) le contestó: "sí, presidente, ojalá tengamos buena memoria" y pasó a enumerar lo que deberíamos recordar todos.
Recordar, por ejemplo, que este buen señor se olvidó de los "derechos humanos" que tanto pregona y, durante la dictadura militar, se fue a hacer negocios a Santa Cruz, como abogado usurero. Esto le permitió la fortuna que, hoy, tiene. Más de 25 propiedades declaradas en el sur y otro tanto en poder de testaferros.
Ojalá recordemos -dice este memorioso santacruceño- que fue un gobernador menemista, que votó a Menem en 1989, que hizo lobby en el Congreso para que se votaran las leyes de privatización de YPF y de hidrocarburos, que respaldó la reelección presidencial en 1995; que, junto a su esposa Cristina, fueron entusiastas partidarios de reformar la Constitución, en 1994, para permitirle la reelección a Menem y para que le diera una excusa y hacer lo mismo en Santa Cruz.
Que en su provincia, hizo lo mismo que Menem. Consiguió la reelección, creó una Corte que le fuera adicta, manejó a los jueces, asfixió a la prensa y vivió gracias a las regalías petrolíferas que le enviaba "su jefe político desde Buenos Aires".
Ojalá recordemos -sigue diciendo este memorioso- que en el 2001, este señor defendía la Convertibilidad y decía que, salir de ella, sería "un error catastrófico".
Como funcionario público, multiplicó de modo impresionante su patrimonio y además se abstuvo de presentar declaraciones juradas que nunca, por otra parte, le reclamaron.
Que la "Argentina del pasado" de la que habla, estaba integrada por él y muchos de sus ministros y funcionarios. Scioli fue funcionario de Menem y Duhalde; Alberto Fernández fue legislador de Cavallo y superintendente de seguros del menemismo, Martín Redrado, presidente del Banco Central, fue funcionario económico menemista, Aníbal Fernández, prófugo de la justicia, fue ministro de Duhalde y de Ruckauf en la provincia, Ginés González García fue ministro de Duhalde, Miguel Angel Pichetto apologista del menemismo, ahora presidente del bloque de senadores, etc. etc. etc.
Como vemos, este santacruceño de muy buena memoria, puntualiza una serie de actos y acciones del pasado, de los cuales el presidente parece haberse olvidado.
En un país como la Argentina, donde la desmemoria es una constante, pueden supervivir estos personajes nefastos, siempre encaramados en el poder de turno.
Ojalá, algún día, recuperemos la memoria en serio...

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

26.6.07

Acción y Reacción

Tipos como Kirchner crean a tipos como Macri. La soberbia y la estupidez de este presidente (así con minúscula) provocador de cuarta categoría y que demuestra, a cada paso, su mediocridad y su carencia de todo, hace que prolifere un sujeto como Macri, especulador, astuto, buen comerciante y, seguramente, con una visión muy clara con respecto a sus intereses.
El poder de la ciudad de Buenos Aires en manos de Macri, será más de lo mismo. Porque, en la reunión de mañana, acordará con Kirchner (esa será su finalidad)y, en definitiva, como dicen lúcidamente muchos sectores de izquierda (menos aquellos "progre" que están, siempre, buscando acomodo) los dos son caras de una misma moneda.
En el fondo de toda esta historieta, que tiene a la Argentina como rehén de estos impresentables sujetos, se unen en un proyecto que intenta ser hegemónico y quedarse con todas las leches posibles de un país que sale de los marasmos con curiosa facilidad, pero que tiene sumido a su pueblo en la indigencia y en la falta de futuro desde hace décadas.
El "progresismo" de Kirchner no es tal; no tienen planes, no tienen ideas, sólo demagogia barata, patoterismo y una caja respetable. Esta caja compra conciencias a diario; de allí la cantidad de "panqueques" que se pasan, con llamativa facilidad, al oficialismo.
El proyecto de Macri será, sin duda, privatizar todo lo que pueda, darle la cultura a manos mercachifles, y encarar algo que sea elitista y beneficie a sus amigotes de la Recoleta. No le veo otro futuro que esto.
Pero creer que Filmus (ese tontito engolado) era mejor que Macri, sólo puede entrar en los cerebros calenturientos de una izquierda ingenua o no tanto; encima, acompañado por un banquero marxista, extraña combinación de un tipo que apoyó el "corralito" urdido por Cavallo.
Todo es un cambalache en la Argentina; mientras tanto, la sociedad se pone cada día más violenta, matan a las personas por nada, cometen desmanes donde se agrede a todo un barrio, la droga hace estragos en todos los rincones, no hay energía y esto es paradojal: un gobierno que habla de productividad y las empresas no pueden producir porque les restringen la ENERGIA. Todo es así entre nosotros, el reino de la improvisación y de este sinvergüencismo de dirigentes (¿de dónde salen estos tipos?) que sólo roban, roban, roban...
Las palabras, entre nosotros, ya están de más...

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones con premios nacionales e internacionales)

12.6.07

Dos casos

!Quién duda que la justicia argentina es un mamarracho! Como es el país, país que no aprende de las lecciones de la historia y comete, siempre, las mismas torpezas. "Torpezas" es un formidable eufemismo para cubrir palabras como "imbecilidad", "horrores" "corruptelas de todo tipo", "superficialidad manifiesta", "hipocresía", "demagogia" y "oportunismo".
La Argentina es uno de los pocos países que tropieza, dos veces, con la misma piedra. Producto de gobiernos que no son serios, que se manejan bajo la corrupción y la indolencia, que aplican ese viejo lema que dice que el pueblo "es un niño enfermo, bobo y esquematizado".
No se puede creer lo que está sucediendo en estos dos casos resonantes: el del crimen de la señora García Belsunce y en el asesinato de Nora Dalmasso, los dos hechos sucedidos en familias de clase media alta, en lugares supuestamente seguros y residenciales y los dos con un grado de impunidad y soberbia (que es lo que otorga el poder) inauditos, en cualquier lugar del Planeta, menos entre nosotros.
La cantidad de aves negras (perdón, quise decir abogados) embarrando los acontecimientos, cambiando de mano en mano, con declaraciones cada vez más ambiguas y eufemísticas y los medios de comunicación, de una hipocresía e infamia sin precedentes, desnudando bajezas, miserias íntimas que, luego, se contradicen y así hasta el infinito...
Da asco asistir a este verdadero show de mentiras, ocultamientos, dudoso humor, conventillo de cuarta. Y lo que es peor (una constante en el país) que, siempre, se investiga a la víctima y, al final, es ésta la que sale culpable como pasa con esta pobre mujer, Nora Dalmasso, a la que le endilgaron cualquier cosa sin prueba ni fundamento alguno.
Creo que, entre nosotros, se ha perdido todo nivel. Somos cada vez más vulgares y, como siempre digo, es muy difícil volver de la vulgaridad; es un proceso sin retorno, es fruto de la decadencia, de la mediocridad, de la falta de escuela. De años y años sumergidos en el populismo, en la canallada, en la "piolada" argentina. Lamentablemente, las cosas van de peor en peor y nadie saca a relucir su palabra rectora, su ejemplo moral y ético contundente. Por el contrario, la falta de escrúpulos, el mercantilismo exacerbado, la estupidez que logra ratings impresionantes, son caras de una misma moneda: un país que ha perdido la brújula desde hace mucho tiempo y no aparece ningún capitán de barco que señale el rumbo correcto.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

5.6.07

Una novela

Entre mis tareas (cada vez más numerosas) y mi falta de tiempo y esa sensación de que, nunca, se podrá uno detener un instante porque, siempre, hay algo más para hacer, estuve leyendo una novela policial que se titula: "Los rojos Redmayne" y que publicó, en su momento, "El Séptimo Círculo" y que, ahora, la leí publicada por la editorial Bruguera en su colección: "El Club del Misterio".
La novela es larga, pero es interesante por el clima de suspenso y misterio que fabrica el autor aunque el final no deje demasiado para el asombro porque, de alguna manera, se viene insinuando desde páginas atrás.
Pero lo que quería comentar es que el autor de esta novela y otras es Eden Phillpotts, un escritor nacido en la India, que llegó jovencito a Inglaterra y que se puso a escribir, primero, novelas costumbristas para, luego, dedicarse a la literatura policial en donde consiguió algunos títulos interesantes.
También recordé, mientras lo leía, que a este escritor lo traduje, en su momento, como poeta, cuando preparé una Antología de Poesía Inglesa para la editorial Andrómeda.
Y si bien esta Antología aún no se publicó, allí hay algunos textos de Phillpotts que merecen leerse en su condición de poeta.
Estas sorpresas son comunes en la literatura policial, donde muchos prestigiosos intelectuales se le acercaron; a veces, escondidos tras un seudónimo; otras, como es el caso de Phillpotts, con su nombre verdadero. Allí encontraremos a Nicholas Blake, seudónimo de un gran poeta irlandés llamado Cecil Day Lewis. Recordemos que Blake tiene un clásico en el género como "La bestia debe morir".
Y allí encontraremos a Wilkie Collins, a Charles Dickens, a Anton Chejov, a Boris Vian, a William Faulkner, que se dedicaron, con más o menos intesidad, a escribir textos policiales. !Y qué decir del gran Chesterton, al que le debemos la creación de ese personaje encantador que es el Padre Brown!
Nunca hay que subestimar los géneros literarios. No hay divisiones entre lo que algunos consideran "culto" o "serio" y lo que es literatura popular. ¿Quién puede establecer esta división? ¿Es más poeta el que escribe un libro de poemas a aquel que se dedica, de lleno, a la canción? Entre nosotros, Homero Manzi jamás escribió un libro; ¿es, acaso, menos poeta que Banchs que, sí, los escribió?
El género policial tiene formidables escritores que, en su momento, se acercaron y escribieron lo suyo. Ha habido, en esa nómina, intelectuales de fuste, pensadores, filósofos, historiadores, filólogos. Todos hicieron un aporte al género y el género recibió a todos y se constituyó, en una época, en un "boom" de la literatura popular.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)