28.12.07

Un nuevo año

Este año 2007 que se nos va, fue bastante propicio para mí. En el plano literario, tuve muchas satisfacciones ya que logré sendos terceros puestos, uno en el Certamen de SADAIC con mi vals "Tu amor en la casa"; luego con un cuento titulado "Abuelita" en el Certamen "Leopoldo Marechal" de la Municipalidad de Morón. Posteriormente, el primer premio en el Certamen del Fondo Nacional de las Artes con una milonga que tiene música de Reynaldo Martín titulada "Milonga de noche larga". Ya por el mes de setiembre, la Legislatura porteña aprobó por unanimidad el reconocimiento como "Personalidad destacada de la cultura de la ciudad autónoma de Buenos Aires", hecho que se concretó en el Salón Dorado de la Legislatura el día 31 de octubre cuando tanto mi amigo Reynaldo Martín como yo, recibimos de manos del diputado Héctor Bidonde la distinción. Fue un acto cálido y emotivo con el salón colmado de colegas y amigos.
Y finalmente el primer premio que me otorgó un jurado integrado por Luis Alposta, Hilda Guerra y Marcos Silber en el Certamen sobre el centenario del nacimiento de Homero Manzi con cuatro sonetos que le dediqué al gran poeta popular. Este certamen lo organizó Bairespopular, una entidad de Boedo. El premio se hizo público en el mes de noviembre con un acto de premiación y la exhibición de un video sobre la vida y trayectoria de Manzi.
Por lo tanto, no puedo quejarme. Mi salud y la de mi familia transitó por carriles bastante normales; mi madre, con sus 90 años, está muy bien y yo sigo teniendo trabajo literario en la Municipalidad de Avellaneda, mi taller en Gente de Arte funcionó bastante bien y continúo escribiendo para el diario "La Ciudad". No puedo quejarme.
Y si bien nunca he sido conformista (por el contrario, más bien protestón) a esta altura de mi existencia, aprendí que hay que tomar lo que la vida te da, sea mucho o poco.
Por lo tanto, me conformo si el 2008 quiere ser indulgente conmigo, como lo fue el 2007, y me otorga algo similar. De lo contrario, no me enojaré con el año, siempre y cuando me dé afectos y una salud como para seguir remando.
A todos mis amigos y colegas, que suelen leer este modesto diario, les deseo toda la suerte del mundo, sobre todo en sus vocaciones y en sus amores. El dinero y la salud son hados caprichosos que, a veces, te abrazan y, otras, te niegan el saludo.
!Muy buen año 2008 para todos!

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales; fue reconocido "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES" por la Legislatura porteña.

21.12.07

El Grupo "El Pan Duro"

Noches pasadas, estuvimos en la Academia Porteña del Lunfardo celebrando la aparición de un libro sobre el Grupo "El Pan Duro".
El autor ha sido el poeta y amigo Héctor Negro y la reunión tuvo la calidez que suele tener el repaso de los recuerdos. Una serie de poetas (más encanecidos merced a la compañía del tiempo) se hicieron presentes para homenajear a este Grupo de Poetas que supo tener protagonismo en la década del ´60. Allí estaban los que integraron el Grupo como Hugo Ditaranto, Julio César Silvain, Alberto Wainer, Luis Alberto Navalesi, Tito Agosti, quien les habla y Héctor Negro, el autor del libro.
También, sentados entre el público, andaban los queridos Carlos Patiño y Rafael Alberto Vásquez, que pertenecieron a otro legendario Grupo: "Barrilete".
Eugenio Mandrini rompió el fuego con su proverbial elocuencia, Negro fue haciendo de hilo conductor y los poetas del Grupo "El Pan Duro" brindaron un recital con un par de poemas de su autoría (de antes y después).
Se rememoraron hitos del "Pan Duro", como el bar "Callao 11", la casona de Medrano y Corrientes "Noa Noa", por donde tantos conspicuos artistas pasaron. Y se recordó, también, a uno de sus fundadores: el poeta Juan Gelman, a los que ya no están o a los que están viviendo en el exterior como Juan Hierba.
Fue una noche de plena emoción porque hubo reencuentros (grato fue mi reencuentro con Alberto Wainer a quien no veía desde hacía muchos años) y con otros muchachos.
El Grupo "El Pan Duro" fue un hito en la poesía de los 60; luego, sus integrantes tomaron por distintos rumbos, pero su nombre quedó ligado a una manera de ser y de sentir, a una sensibilidad propia y a un estilo de vida y obra que ha sido reconocido por el mundo de la cultura, más allá de los tradicionales "ninguneos" de los grandes medios. "El Pan Duro" era un grupo de jóvenes contestatarios que no aceptaban la perversión del sistema y lo expresaban, cada uno desde su voz.
El libro que escribió Negro apelando a su memoria y, también, a la memoria de sus compañeros es un compendio acertado de toda la historia del Grupo. Hay fotos ilustrativas, hay capítulos destinados a cada integrante y recuerdos para muchos creadores que ya no están físicamente, pero se los rememora por haber sido parte de esta aventura poética.
Me honra haber pertenecido a este Grupo y haber compartido con tantos aquellos años libertarios. Me honro porque el Grupo sirvió, creo, para que yo creciera en lo personal; mi primer libro de poemas: "Epitafio del gris", fue elegido unánimemente por mis pares. Los recitales diversos me hicieron perder timidez ante el público y, de allí en más, inicié el camino de la poesía con (hasta este momento) 12 libros editados.
Le auguro al libro sobre "El Pan Duro" redactado por mi amigo Héctor Negro bajo el sello editor de Marcelo Olivieri, toda la suerte que se merece.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales. Acaba de ser reconocido como "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES" por la Legislatura porteña)

16.12.07

Cierta bronca

Sí, es humano tener bronca cuando se observa cómo se desbarranca al Tango con el concurso de ciertos seudo historiadores que, haciendo gala de una memoria plagiaria, nos vienen a contar anécdotas de épocas pasadas, con protagonistas recontra enterrados y con episodios totalmente imposibles de constatar.
Son los "viudos" y "viudas" de un tango perimido; oportunistas que quieren sacar tajada de esa "industria de la nostalgia" berreta. Son los que nos comentan giladas como si fueran importantes acontecimientos. Y repiten y repiten -como loros descerebrados- lo que ya dijeron otros "historiadores" continuando con este perverso hábito de no crear y vivir, como garrapatas, de los verdaderos creadores.
Estos tipos y tipas merecen todo mi desprecio. Escriben libros apócrifos, dan charlas mediocres, reseñan episodios de cuarta o quinta mano y utilizan el buen nombre de los artistas fallecidos, que ya no pueden defenderse de esta verdadera lacra.
El Tango subsistirá y sobrevivirá en tanto y en cuanto acepte que debe renovarse y abra la cabeza a los nuevos tiempos. Sin perder la dignidad de su poesía, esa que forjaron Homero Manzi, Homero Expósito, Cátulo Castillo, Discepolín y tantos otros poetas que lo renovaron merced a sus talentos personales. Lo mismo cabe para los músicos. Todo lo demás, es frivolidad pura de estos sinvergüenzas que se autotitulan "historiadores", "difusores de tango", "cantantes", etc.
Quiero hacer la salvedad que, entre estas disciplinas que señalé, hay auténticos cultores, que tienen conocimientos y que tratan de salvar la ropa ante tanta ordinariez, tanta mersada suelta.
La dignidad del género la dieron los poetas y músicos de real valía; los que se expresaron con belleza y altura. Los que, realmente, trabajaron y mucho para hacerlo popular. Entre todos ellos, resalta la figura inigualable de un artista sin par: CARLOS GARDEL.
Ahora, el Tango está en manos de estos mercachifles, rapuñadores de las migajas en la que ha quedado el género. Y en los fenicios de la noche, que se adueñaron de locales donde para escuchar a cualquier "rompe tímpanos", hay que pagar una fortuna por una copa. Es eso que llaman "for export" para engañar a turistas desprevenidos, que creen que la danza del Tango es esa acrobacia absurda o que "Caminito" es lo único que se ha podido rescatar del incendio tanguero.
Insisto: da cierta bronca todo esto y se vienen épocas peores, en virtud de que la cultura porteña ha quedado en manos de "privatizadores", capaces de encontrar una moneda raspando hasta la costra de la vieja.
Los auténticos artistas populares, deberán encontrar una manera de frenar este comercio que se viene con la cultura.
De lo contrario, moriremos en el intento y el Tango, como otras tantas expresiones que nos identifican, sucumbirá en los bolsillos de estos canallas.
He dicho.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales. Acaba de ser reconocido "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BS.AS."

9.12.07

Enrique Cadícamo

Contaba hoy, domingo, en el programa radial de Juan Carlos Apiccella, que estaba leyendo las Memorias de Enrique Cadícamo, libro apasionante para todos los que aman bien al Tango, sobre todo por la historia de vida, la experiencia y el calor humano que existe en alguien como Cadícamo, un autor de tangos prolífico y que vivió la friolera de un centenario.
En este libro tan ameno, podemos observar cómo Cadícamo define a su entorno con sutil elegancia; la discreción es su lema a pesar de que subsiste en estas páginas un velado encono hacia el autor de "La Cumparsita": Matos Rodríguez. El inspirado autor de "Madame Ivonne" señala dos trastadas que le hizo el uruguayo y que lo distanciaron no una sino dos veces de su amistad.
También demuestra Cadícamo cómo se cocían habas en aquellas épocas: dos veces fue estafado en sus derechos de autor, lo que implica que la transfugada y el sinvergüencismo siempre ha estado presente cuando de humanos se trata.
Pero lo significativo es que don Enrique, con tan sólo treinta años de edad, ya vivía de sus derechos de autor, gracias a los temas que le cantaban los cantores de aquellos años.
En cambio, ahora, la mayoría de los cantores ignoran lo que hacen los poetas del Tango y no sólo los ignoran sino que los omiten a la hora de plantearse un repertorio. Da la impresión que es más fácil y más cómodo cantar (dos millones de veces) "Malena" o "Como dos extraños" a arriesgarse con alguna pieza de un poeta contemporáneo. El género no puede revitalizarse con esta mentalidad retrógrada, de mediocres, que tienen muchos que dicen "cantar tango".
Carlos Gardel, un artista ejemplar, le cantó a todos los poetas del 20 y el 30; interpretó los temas de muchachos que no tenían más que la edad del siglo y los hizo conocer y los paseó por el mundo.
!Cuánto le debe el Tango a Gardel!
En cambio, nada deberemos, en el futuro, a tirifilos que no sienten el pulso de la época y se quedaron estancados en el vestidito de percal, el farolito malevo, el guapo que murió ensartado por otro guapo, las chatas entrando al corralón, la obrerita que tosía por las noches, el tipo que dejó la cárcel y el cornudo que se guardó las trenzas de la china en una maleta (ni siquiera de cuero).
Ese tango bochornoso no nos salvará. Y los otros, los que nos dignifican, ya merecen un descanso mientras tallan los jóvenes poetas del hoy y los jóvenes músicos del ahora.
De este modo, el Tango recibirá una inyección vital para levantarse y seguir andando.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales; acaba de ser reconocido "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES" por la Legislatura porteña.)

25.11.07

Homero Manzi

Muchos años atrás, escribí una nota sobre Homero Manzi que titulé: "Manzi y la ternura". Creía (y sigo creyendo) que la característica principal de este poeta es, precisamente, esa mirada cálida y melancólica hacia las cosas que pasaron, hacia los seres que se han ido. Y todo lo hizo con alta dignidad poética, con una belleza expresiva que es inigualable en el tango-canción.
En un diálogo entre amigos, y ante el comentario de cuánta ordinariez hay en los programas de tango y en muchos de sus protagonistas, yo decía que el género siempre ha estado dividido. Entre los que lo dignificaron, agregándole belleza y poesía, humanismo enaltecido y una dramática importante y aquellos que lo bastardearon, que lo hicieron pasatista, burdo, carente de poética, tonto y canfinflero. Por lo tanto, no estoy dividiendo al Tango entre popular y elitista. Por el contrario: lo genuinamente popular es esa versión sublime del tango-canción que nos trajeron los Manzi, los Discépolo, los Cátulo Castillo, los Homero Expósito, los Troilo, los Di Sarli, los De Caro...Podría seguir citando. De los otros, mejor ni acordarse.
Pues bien: esa dicotomía sigue existiendo. Por eso, abominaron de Piazzolla, de Rovira; endiosan a tipos que no podrían cantar ni en el baño de la casa y para estos sinvergüenzas, todos son "genios", "cantorazos", "poetas", etc.
En este manoseo casi escatológico (por no decir pornográfico) que hacen con las palabras muchos difusores actuales de tango, está una de las causas del por qué el tango ha perdido favor entre la gente. Aferrados al negocio de la nostalgia, propiciando, a veces, lo peor del género, apostando, permanentemente, a la mersada, lo han ido destruyendo.
Por eso, Manzi. Por eso, su alta poesía popular. Por eso, un tango como "Sur" que es una elegía a toda una época y a todo un barrio. Rememorado por alguien que conocía lo que era la sensibilidad.
Hoy en día, hay dignos exponentes de la difusión tanguera. Cito a Malbrán, a Sancinetto, a Nolo Correa, a Ricardo Horvath y hay más. Pero, también, hay una legión de tipos que dan vergüenza ajena, comenzando por ese barato del peluquín, siempre enredado en giladas.
No voy a decir más porque me dejo embargar por la pasión y termino yéndome de boca. ¿Será porque odio o amo al Tango? ¿Será porque no soporto a estos sinvergüenzas que viven a costa de un tango estereotipado, mentiroso, falto de contenido y burdo por donde se lo mire?
Manzi cumplió el centenario de su nacimiento y está muy bien que homenajeemos como corresponde a tamaño artista. Claro. En esos homenajes, se colaron muchos por la ventana, los "viudos" y "viudas" que, con total impudor, se lanzaron a hablar como siempre, tocando de oído... Y hasta (!oh, el oportunismo!) escribieron algún libro o librillo sobre el particular.
Manzi no es culpable de estos especímenes. El hizo, en vida, todo lo posible, por dignificar el arte popular. Por eso, me inclino ante su memoria y lo reverencio.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales; acaba de ser nombrado "Personalidad Destacada de la Cultura de la ciudad autónoma de Buenos Aires")

18.11.07

El desarraigo

Hay, en la literatura, notables textos sobre el desarraigo. Desarraigo que puede ser en lugares distantes del Planeta, lejos de su rincón natal o pueden ser desarraigos interiores, la problemática de sentirse solo en medio de la multitud y en su propio habitat.
Los escritores, con su sensibilidad siempre a cuestas, han tocado este tema de diversas formas; pero siempre hay dramaticidad cuando se trata de esta cuestión.
Recuerdo un cuento de Katherine Mansfield que se llama "El viaje". La trama es, simplemente, el viaje en barco de una abuela con su nieta. Acaba de fallecer la madre de la niña y la mujer la lleva a vivir con ella y con su abuelo. La melancolía y la tristeza que emana de este formidable texto, escrito por una de las más grandes escritoras, fabricantes de clima, no tiene parangón.
También recuerdo "La fuerza de la costumbre" de Somerset Maugham donde un funcionario inglés, recluido en un lugar de Malasia, vuelve, luego de sus vacaciones en Inglaterra, con su flamante esposa. Hay una mujer nativa que merodea la casa y, al final, se sabe que este hombre ha convivido con la nativa y tiene hijos de ella. Su joven esposa no acepta la situación y decide volverse a Inglaterra. La culminación del cuento es una obra de arte: un chico nativo se acerca a la casa y le dice al hombre, entristecido, "dice mi madre si puede volver". Y el hombre, luego de un instante, le dice que sí.
Hay desarraigo en los personajes de Horacio Quiroga, encerrados en la selva misionera. Hay desarraigo en un cuento extraordinario de Kipling, también de funcionarios ingleses metidos en esas colonias distantes; hay desarraigo en los personajes de Conrad, en los de Camus, en los de Kafka.
Desarraigo que, a veces, es fruto del desamor, de la marginalidad, de hallarse transterrado.
Y este desarraigo se palpa y se siente íntimamente en nuestra vida. Recuerdo, en una oportunidad, estar solito con mi alma en Panamá, bebiendo en la barra de un boliche; a mi derecha tenía un hombre (yanki seguramente); a mi izquierda, a otro hombre, retacón y fornido, con aire de marinero. Los dos bebían, yo bebía y todo hacíamos en silencio, encerrado cada uno en sus propios pensamientos, a miles de kilómetros de nuestros afectos, de nuestra tierra.
Sólo la negra que servía le ponía un toque de movimiento y vida a esa escena del desarraigo.
"La patria es la infancia" -dijo Rilke y, por último, recuerdo un cuento gracioso de O.Henry donde un personaje, que alardeaba de su cosmopolitismo y se la pasaba diciendo que, para él, el mundo era su casa, termina liándose a golpes con un tipo que le criticó el pequeño pueblo donde había nacido.


ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales: acaba de ser nombrado "Personalidad destacada de la cultura de la ciudad autónoma de Buenos Aires" por la Legislatura porteña.

10.11.07

Nuevas ediciones

Acaban de salir dos libros publicados por la Editorial Andrómeda, que cuentan con mi traducción.
Uno de ellos es el clásico "El doctor Jekyll y Mr. Hyde" o "El extraño caso del hombre y la bestia" (con el que, también, se lo conoce a nivel popular); es un trabajo que llevaba como cuatro años de espera. Muy bien editado, tiene el agregado de tres cuentos de Stevenson poco conocidos, un prólogo que me pertenece y datos biográficos del autor.
Ustedes saben que Stevenson le dio a leer este texto a su mujer y ella se lo criticó; entonces, el escritor lo arrojó al fuego. Luego, lo rehizo, pero mucho más breve. Es una especie de cuento largo o novela corta donde el narrador escocés se introduce en la dualidad; el bien y el mal están presentes en esa historia donde una pócima inventada por el doctor Jekyll lo va transformando en ese ser aborrecible que es Mr. Hyde.
Algunos creen ver una parábola de la sociedad victoriana donde la pacatería o la aparente normalidad ocultaba trasfondos terribles. Vale la pena leer y hasta releer este libro de Stevenson.
En su época, circuló la versión que Stevenson había conocido al famoso Jack el Destripador, que era un cirujano respetado. Pero al irse de Inglaterra para curar su salud (Stevenson sufría de tisis) a las islas del sur y allá morir, nunca pudo develarse el enigma. El célebre autor de "La isla del tesoro" vivió, apenas, 44 años.
El otro título que traduje fue "Luz de Asia" un libro del inglés Sir Edwin Arnold, un hombre que vivió muchos años en la India y que escribió este texto interesante; son cantos donde se plasma la vida de Buda y su doctrina.
Escrito con gran belleza expresiva, con un gran lirismo, "Luz de Asia" vale la pena de ser leído y es un texto que no tiene casi difusión.
Arnold vivió en el siglo XIX.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales, acaba de ser reconocido como "Personalidad destacada de la Cultura de la ciudad autónoma de Buenos Aires" por la Legislatura).

28.10.07

Las elecciones

!Nunca vi, en los años que tengo, semejante desorganización! La gente hacía colas en la vereda y, como término medio, se perdía entre una hora y hora y media para votar.
En algunos cuartos oscuros, las boletas estaban mezcladas y, en otros, faltaban boletas de algunos candidatos.
Hubo veda política, sí. Pero los medios de comunicación no perdieron el tiempo en hacer propaganda para el oficialismo. La figura del presidente y su esposa apareció hasta en los programas televisivos del sábado anterior al comicio.
Digo yo. ¿No sería más positivo imponer los comicios voluntarios? Que vote aquel que sienta que lo debe hacer. ¿Qué sentido tiene que vote gente que no tiene ni la más pálida idea de la política? ¿Que no conocen a los candidatos?
Y, bue...El oficialismo se dio el gusto. Vamos a tener a una mujer como Presidenta. Los dineros invertidos en esta campaña, han dado sus frutos. Tenemos cuatro años más para hacer lo que se nos cante, manejando el país como si tuvieran derecho de pernada.
Ante un pueblo absolutamente apático, indolente, ignorante de todo.
La misma franja de votantes que le permitieron a Menem hacer lo que quiso durante dos mandatos, es la misma que votó a la señora de Kirchner. Lo que demuestra cuán maleable es el voto en la Argentina.
Lilita Carrió, si no se desbanda, quedó en el umbral; quedó para la próxima. Hizo una buena elección, sin casi publicidad. No atosigó como Cristina que tenía su retrato hasta en la sopa. !Bien por Lilita!
Lamentablemente, Roberto Lavagna, uno de los dirigentes serios, llevó el paracaidas de plomo de los radicales. Era imposible que arrimara.
La izquierda, como siempre, haciendo elecciones liliputienses; algún día, estos tipos aprenderán a juntarse detrás de un proyecto común y no debatir al cuete y proseguir las divisiones absurdas.
En definitiva: se cumplió con el proceso formal de votar, que es lo que pide la Democracia. Veremos cómo sigue todo esto. Hay cuatro años por delante. Y la Argentina tiene un sin fin de problemas de difícil solución.
Yo creo que hubo fraude; ese fraude sutil que pasa por la propaganda, por tener comprado a los medios de comunicación y a un montón de conciencias. Ya no te compran el voto; te compran mucho antes, cuando te nombran "K" de algo y te volvés un miserable Borocotó para cuidarte los garbanzos.
Así están las cosas.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

18.10.07

La muerte, impredecible

Hay un breve relato ilustrativo de Jean Cocteau. Dice que un vasallo se presenta, aterrorizado, ante su rey y le dice: "Acabo de ver a la Muerte y me hizo un gesto. Mejor huyo a Ispahán."
Por la tarde, el rey la encuentra a la Muerte y le dice: "hoy, a la mañana, mi vasallo huyó, aterrado, porque tú le hiciste un gesto amenazante". "No -responde la Muerte- mi gesto fue de sorpresa porque lo encontré aquí cuando, por la noche, debo tomarlo en Ispahán."
Estos rasgos son propios de la impredecible Muerte.
Rasputín era un monje loco que tenía cautivado al Zar y la Zarina. Un grupo de oficiales del ejército decidieron asesinarlo y lo invitaron con pasteles y vino al que le pusieron cianuro. Pero, como no pasaba nada, el Príncipe Féliz Yussupov le disparó y, luego, le pegó en la cabeza con un bastón relleno de plomo. Lo arrojaron al río Neva. Esto ocurrió en Petrogrado en 1916 y cuando le hicieron la autopsia a Rasputín, encontraron que éste había muerto !ahogado!
En 1911, un francés llamado Teichelt aseguraba haber inventado una capa murciélago; quería arrojarse desde la Torre Eiffel, pero los encargados de la Torre se lo prohibieron. Entonces, buscó permiso en la policía parisina, que se lo otorgó. Teichelt se arrojó desde la Torre y se estrelló contra el pavimento.
El doctor John Webster, profesor de la Universidad de Harvard, le debía dinero a su colega, el doctor George Purkham. Decidió, por lo tanto, asesinarlo, cortarlo en trozos y enterrarlo en un pozo. Pero un portero perspicaz descubrió el pozo y Webster fue ejecutado en la horca.
El escritor inglés Francis Bacon, contemporáneo de Shakespeare, murió de un resfriado. Comió un pollo que había rellenado, previamente, con hielo para conservarlo.
El escritor George Bernard Shaw murió a los 99 años luego de ponerse a hachar un árbol en su casa. El frío que tomó le hizo contraer pulmonía.
Cuando Horacio Quiroga fue internado en el Hospital de Clínicas de Buenos Aires para realizarse algunos estudios (Quiroga padecía de cáncer de próstata) se enteró que, en otro piso, tenían oculto a una persona que se asemejaba al hombre elefante. El escritor pidió compartir la habitación con aquel ser humano deforme. Esto le hizo ganar la veneración del pobre hombre. Dicen que, cuando Quiroga toma la decisión de quitarse la vida, este hombre le ayudó a conseguir el cianuro.
Como vemos, la impredecible Muerte siempre está al acecho y se rodea de circunstancias; a veces es previsible, otras excéntrica, a veces sorpresiva, otras apela a la complicidad del tiempo. Pero, siempre, es implacable.

ROBERTO DIAZ
(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones con premios nacionales e internacionales)

3.10.07

Estoy preocupado

Estoy lleno de preocupaciones; la más importante, desde luego, es por el rumbo que tendrá, en un futuro cercano, mi país. Hay voces muy sombrías que hablan de una debacle muy grande, sobre todo después de las elecciones.
A mí no me sorprende porque la Argentina siempre ha barrido la basura debajo de la alfombra hasta que un día aparece la realidad y hace una limpieza general.
Con respecto a mi preocupación personal, estoy embarcado en un Festival de Teatro y Tango con fines benéficos en el Teatro "Roma". Y tengo miedo que a último momento pase algún imprevisto, de esos que te dejan -como decía Discépolo- "de cúbito dorsal".
Esta duda se despejará en la noche del 16 de octubre.
Pero, al día siguiente, tendré que ir a una grabación de TV del programa de Tango de Nolo Correa. Y Nolo me transfirió la coordinación del programa adonde deben concurrir los poetas Héctor Negro, Alejandro Szwarcman, Raimundo Rosales y yo, amén de Reynaldo Martín y otros artistas. ¿Saldrá bien? !Esperemos que sí!
Y, luego, el 31 de octubre el acto del reconocimiento en el salón dorado de la Legislatura. Hay que llenar ese salón que es inmenso y debo extremar los recursos para que mis amigos y colegas vengan al acto. ¿Deberé sobornarlos? ¿Prometerles buen morfi y buen chupi? ¿Darles algún estipendio como hacen los políticos para tener convocatoria? ¿Decirles que Nicole Neuman se desnudará? Y a las mujeres !que vendrá Pablo Echarri! !Algo se me tiene que ocurrir!
Esto de preocuparse no es común en estos tiempos, lo que me demuestra cuán dinosaurio soy. Un exceso de responsabilidad que me viene desde chiquito, siempre me hizo ser un salame. Una vez, cuando tenía 15 años y no conocía la Capital Federal, me dieron una carta para llevar y caminé como veinte cuadras bajo una lluvia torrencial. No tenía ni una moneda para entrar en un bar. Cumplí como el mejor correo del Zar y cuando volví a la oficina, estaba hecho sopa. El jefe no lo podía creer.
Otra vez me rompí el codo en medio de la traducción de un libro para Atlántida. Era la época donde no había computadora y todo se tipeaba. Me tipee más de medio libro con una sola mano, para cumplir con los tiempos.
Soy como ese personaje de Horacio Quiroga que se tomó en serio lo que le dijo el funcionario que venía de la Capital. Trabajó día y noche para poner en regla los libros del Registro Civil, que estaban atrasados. Y cuando llegó, casi vencido el plazo que le había otorgado el funcionario para cumplir, luego de mil peripecias y mojado (como yo) hasta la médula, el tipo no lo podía creer. Se lo había dicho por decir.
La Argentina está llena de ejemplos de tipos obsesivos (como yo) de la responsabilidad y una bocha de tipos desaprensivos, que no les importa nada hacer macanas o no cumplir.
Creo que el país se sustenta por los responsables; los otros, son garrapatas a los que habría que enviar a vivir al país de la permanente sanata.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

21.9.07

Los Ninguneos

En todas las épocas, se cocieron habas. Siempre recuerdo esa anécdota de Baudelaire pidiéndole, por favor, a su editor que le enviara !25 ejemplares de "Las Flores del Mal"! y aquella otra donde fue a dar una conferencia y había !una sola persona entre el público!
Siempre recuerdo, también, cómo Melville se murió con la amargura de que sus críticos le destrozaron !nada menos que "Moby Dick"! Tuvieron que pasar 30 años para que Melville fuera considerado el mejor escritor de su generación.
También rememoro al pobre Franz Kafka, siempre con perfil bajo, siempre ganándose la vida en míseros y oscuros empleos, muriéndose joven y dejándole a su amigo albacea la instrucción de que quemara todos sus escritos; felizmente, éste no cumplió su promesa y, ahora, podemos disfrutar de los textos de este extraordinario escritor.
!Y qué me dicen del portugués Fernando Pessoa! Oficinista, viviendo en una piecita arriba de un local. Solitario. Carente de afectos. Casi anónimo. Escribiendo escudado en un sin fin de seudónimos. Juntando reflexiones en papelitos que dejaba adentro de un baúl. Esos papelitos o muchos de esos papelitos son, ahora, "El libro del desasosiego", una pieza admirable de este gran poeta lusitano.
!Y Roberto Arlt! Trabajando en la librería de Palumbo, viviendo de las crónicas policiales en "Crítica", tipeando y tipeando en la máquina de escribir, muriéndose joven, del corazón, siempre añorando ser popular como Rocambole.
!Y mi amigo Marco Denevi! Encerrado en su casa, asqueado de la hipocresía de muchos, diciendo sus verdades que le acarreaban, luego, los ninguneos. Sin pelos en la lengua. Formidable escritor. Honesto, buena persona.
Son incontables los escritores que han padecido toda la presión de su ámbito, todas las canalladas de sus compatriotas. Sin embargo, el tiempo los puso en su justo lugar. Seguramente, aquellos que lo ninguneaban no han dejado ni una huella en el polvo. Se los tragó el olvido. Se pudrieron en la indiferencia.
La Literatura está llena de ejemplos de infamias, de injusticias. En verdad, todo el arte está plagado de estas miserias. Los mediocres siempre tiran del faldón de los talentosos, tratan de nivelar para abajo, intentan sacar del medio a aquél que es competencia.
Hoy en día, la Literatura está llena de fraude, de sinvergüenzas, de desfachatados. Gente que no sabe hacer ni los palotes, están encaramados, opinan, integran la "ronda catonga" de la tilinguería.
Ya sabemos que de todos estos no quedará nada, pero, mientras tanto, gozan de las mieles de la publicidad, se hacen autobombo, terminan creyéndose que son alguien.
"Vanidad de vanidades" diría don Antonio Machado.
Por eso, no debe asustar ni sorprender que las cosas estén patas para arriba, que cualquier imbécil hable de lo que se le cante, que haya un montón de obsecuentes aplaudiendo, como los monos, lo que tendría que ir al tacho de basuras.
Escribo esto con la íntima convicción que el futuro pondrá las cosas en su lugar. Como ha hecho siempre. Como corresponde.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

9.9.07

Despacito, despacito...

El jueves 6 de setiembre, los legisladores de la ciudad autónoma de Buenos Aires, se reunieron en el recinto y decidieron, por unanimidad, reconocer como "PERSONALIDAD DESTACADA DE LA CULTURA DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BS.AS." al conductor radial Alejandro Apo, al guitarrista y compositor Carlos Di Fulvio y, aunque no lo puedan creer, también A MI.
Ja, ja. Me río porque hace pocos días atrás, estaba yo insertado en una polémica bizantina a propósito de esa noteja de "Ñ" que dudaba de los poetas en el tango actual y todas esas tonteras.
De allí, el título de esta nota en mi Blog que tanto tiene que ver con esos cánticos populares de las hinchadas cuando ganamos el partido...
No sé si es merecida o no esta distinción; supongo que debe haber muchos colegas con merecimientos mejores o semejantes. Con trayectorias más importantes que la mía; pero lo único que se me ocurre decir es que todo lo he conseguido "por prepotencia de trabajo" -como decía nuestro querido Roberto Arlt.
Y si estos no son blasones ¿cuáles son los blasones? Trabajo desde los 15 años cuando ingresé como cadete en la Cámara Argentina de Comercio sin conocer la capital ni nada. La necesidad tiene esta "cara de hereje". Y no he parado hasta ahora. He conocido, como cualquiera, el éxito y el fracaso, esos dos "impostores" según Kipling. Y me fueron formando los libros que he leído, toda mi vida, casi compulsivamente.
Todos los años de mi vida, fueron al servicio de la Literatura. Y durante un tiempo muy grande, fui un hombre escindido: jefe de costos en una gran empresa y escritor y poeta por las noches. Hasta que la década del ´90 me sirvió para liberarme y entré a la redacción de un diario local en Avellaneda, del que era colaborador desde 1980. Las circunstancias de la vida me llevaron a ocupar el rol de subdirector hasta mi jubilación.
Ahora, para los lectores que no me conocen, sigo trabajando para el diario, sigo coordinando mi taller literario, doy ciclos literarios en la Municipalidad de Avellaneda, cobro el "Reconocimiento Autoral SADAIC" y con todos esos ingresos más mi jubilación, trato de vivir más o menos dignamente.
Estoy convencido (y no es pedantería) que no muchos saben lo que yo sé sobre Literatura. Y mis traducciones literarias del inglés han cubierto las obras de Shakespeare, Wilde y Blake, por citar tan sólo tres nombres importantes.
Y he editado en España y he recibido algunos premios nacionales e internacionales y no me avergüenzo de ninguno de ellos ni tengo que pedir permiso a nadie, porque NUNCA ME MANIJEE NINGUN PREMIO NI NUNCA LE CHUPE LAS MEDIAS A NADIE PARA QUE ME PREMIARAN.
Tengo, en la actualidad, doce libros de poemas publicados y uno de Crónicas periodísticas; también he escrito algunos tangos, baladas y milongas, he dado charlas en el país y en el exterior, he tenido la suerte de viajar un poco, recibí reconocimientos en Costa Rica, en España, en Italia.
Tradujeron mi poesía al ruso, al italiano. Tengo amigos de ley como Pedrito Gaeta, como Héctor Negro, como Tito Agosti, como Reynaldo Martín, como Alberto Basta, como Alberto Albornoz, como el doctor Jorge Trainini, como Jorge Borrás; amigas de ley como Nélida Puig,como Haydee Breslav, como Teresita Rivas, como Miryam Martínez, como Alejandra Pérsico, como Ana Beatriz Romasco, como Patricia Clavijo, como Azucena Bestel.
¿Qué más puedo pedirle a la vida?
Sólo una cosa: que nuestro país levante la puntería y vuelva a tener el nivel cultural de otrora, que desaparezcan de la faz de la tierra todos los imbéciles que atontan a nuestra juventud, que se deje de nivelar para abajo, que se acabe la demagogia barata que confunde "popular" con "populismo" y que todos podamos vivir dignamente, pero, eso sí, a través del trabajo y no de los planes sociales.
¿Será mucho pedir?

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

3.9.07

A ver, a ver...

!Carajo! !Cuánta polvareda causó esa noteja publicada por la revista Ñ! !Y yo -tan enemigo de estas cosas- también contribuí a que se siguiera dando vuelta al tema!
!Pido perdón! No fue mi intención encontrarme en el eje de la discusión porque, mientras nosotros debatimos y decimos una cosa y la otra, los enemigos del tango se refriegan las manos y sonríen aviesamente. Su objetivo está logrado.
Pero trato de ser coherente conmigo. Tiempo atrás, en una carta abierta que le envié a Alejandro Szwarcman le decía cosas parecidas, a propósito de una nota que él había publicado titulada: "Tango fenicio".
No nos debemos dejar agredir por los que juegan para otros géneros musicales y hacen su negocio. Estos son los esbirros del sistema. Pero, tampoco, seamos ingenuos de no reconocer que el Tango afronta una crisis de calidad en todos los órdenes.
Hay muchachos que cantan y no están preparados para cantar. Hay músicos muy buenos, pero deberían estudiar melodía. Y hay algunos letristas que dan vergüenza ajena.
¿Está mal que me exprese así? Me caben las generales de la ley.
Entonces, sería importante que hubiese un sinceramiento entre nosotros y nos pongamos a corregir lo que hemos hecho mal.
Si bien es el tiempo el que se encargará de la elección de los temas que queden, nosotros tenemos la obligación de hacerlos lo mejor que podamos y ponernos a realizar los máximos esfuerzos para que la obra sea difundida.
En la situación que está el Tango, nadie se salva solo. Por el contrario: quedarán muchos valiosos artistas en el camino, ya sea porque los silenciaron, ya sea porque se cansaron de remar en un género que no les da pelota.
Los difusores radiales, con las excepciones del caso, gozan de una apabullante mediocridad; hay una mayoría que se ha dedicado a obviar lo contemporáneo para dedicarse al negocio del pasado. Entonces, han hecho del Tango un cadáver donde ellos, como vulgares gusanos, comen un trocito todos los días.
Con esto, quiero decir que hay culpas compartidas; que muchos de nosotros no hemos puesto el rigor creativo para jerarquizar el género. Que hemos dejado que todo caiga en una medianía cuando somos nosotros los encargados de ofrecer poesía y música a través de una bella canción interpretada por gente idónea.
A mí me grabó Roberto Goyeneche, hace más de 30 años. Sin embargo, ese tema que se titula: "Homero al sur" parece que fuera nuevo y los intérpretes, recién hoy, lo descubren y me piden la partitura para cantarlo. !Más de 30 años!
Quiere decir esto que el Tango anda más lento que la justicia argentina.
No se me ocurre decir más. Pido disculpas si alguno de mis colegas se sintió tocado por alguna opinión que manifesté. Con otros (caso Pierro) no tengo que disculparme porque él sabe que, jamás, mis dardos podrán ir contra su obra, a la que respeto y celebro, amén de tributarnos afectos mutuos.
Es un tema delicado éste del Tango y nos ha caído, justo a nosotros, esta mochila de plomo. Por lo tanto, sólo nos resta seguir escribiendo y haciéndolo mejor cada día (siempre es posible mejorar)y hacer los esfuerzos para que las obras se difundan.
Pero, insisto: esto no se consigue en forma individual; sólo una fuerza colectiva de letristas, músicos e intérpretes alcanzará a ser oída.
Lo demás, es cartón pintado.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

26.8.07

!Qué le vamos a hacer!

Anda alborotado el mundillo del tango porque una noteja que publicó esa revista "Ñ" (emporio de la tilinguería y la soberbia intelectualosa) le dio con un caño a los letristas, alegando que no hay poetas en el género y que el tango se terminó, a ver, con Horacio Ferrer, creo...
Y...bueno. Es una opinión. Seguramente el autor de esa tontera es un don nadie que, además, no se toma ningún trabajo en averiguar, en investigar, en discernir.
¿Qué sentido tiene comparar si hay poetas de la talla de Homero Expósito, Catulo Castillo u Homero Manzi? ¿Hay, acaso, cantantes superiores a Gardel? ¿Y músicos mejores que De Caro? No seamos imbéciles. Cada época ha dado sus protagonistas y es el tiempo el que tendrá que seleccionar la paja del trigo, lo que es bueno de lo que es hojarasca.
Es imposible pedirle excelencias al Tango cuando no tiene difusión, cuando hay una sarta de descerebrados que siguen cantando el tango de la década del 30, cuando no lo graban, cuando lo marginan, cuando nos hemos dejado invadir por expresiones que no son nuestras.
El arte, en el mundo, ha entrado en decadencia porque la sociedad capitalista está en decadencia. Los valores están trastocados y todo se parece al "cambalache" de Discepolín.
A mí no me molesta lo que diga un tontuelo (tal vez, un pasante del "gran diario argentino"); sí me molesta que tipos supuestamente tangueros digan que los poetas de Bs.As. sean !Spinetta y Gieco! cuando, sabemos, que Spinetta vive de aquella imagen de "muchacha, ojos de papel" y Gieco no se sabe si es un baladista, rockero, folklorista o qué se yo, de tan ubicuo que es. Eso, sí: cantará en cuanto recital oficialista se haga por allí.
Claro. Hay muchos letristas de tango (de dudosa calidad) que "sangran por la herida". Y lo único que se les ocurre es enviar indignadas misivas al "gran diario argentino" exponiendo su curriculum, su obra, etc. Este divismo es, por supuesto, contraproducente. Una vez, yo cometí ese error. Raúl Gustavo Aguirre había publicado una Antología Poética donde, creo, hasta estaban los palotes de sus hijos y yo, como le pasó a aquel Enoch Soames del cuento de Max Beerbohm, no figuraba. Me dio tanta bronca que le mandé una carta llena de soberbia y transcribía mi curriculum y mis libros, qué se yo...
Nunca recibí respuesta; poco tiempo después, Aguirre se infartó y se murió. ¿Habrá sido por la conmoción que le produjo mi misiva?
Un creador debe hacer su obra y no entrar en esta "ronda catonga" de pequeñas miserias, de veleidades al cuete. Estoy curtido que me "ninguneen". Estoy curtido (y hasta podrido) que me digan, en la intimidad, que soy más grande que Borges y, luego, cuando lo tienen que hacer en una nota de tirada masiva, te omiten.
Esta estrategia la conozco como conozco la estrategia de todos estos esbirros que juegan para el rock y para otras músicas donde los mercaderes sacan pingües ganancias. Es cierto. El Tango-Canción, tal como está, no jode a nadie. Hay muy pocos buenos melodistas (creo que Reynaldo Martín y Saúl Cosentino están entre los mejores)y hay un montón de caraduras que entran por la ventana; una multitud de oportunistas que están, siempre, medrando. Y hay, eso sí, un montón de muchachos jóvenes que escriben Tango sin ningún aliciente, sin ninguna difusión. ¿Por qué? Porque hay un montón de jóvenes intérpretes que siguen cantando "Malena" o "La última curda" sin darse cuenta que esos hermosos tangos ya lo cantaron Fiorentino, Goyeneche o Rivero...
Hay tontera, hermano.
Pero, más allá de los errores y lunares del Tango, esa revista de mierda no tiene ningún derecho de desprestigiar a nuestra música. ¿Por qué no hablan de esa pésima poesía que hay en el rock? ¿Por qué no hablan del mal gusto de la cumbia villera? No lo hacen porque son demagogos de cuarta y porque, además, no quieren joder un negocio brillante.
El Tango, pobrecito, se banca todo. Es la Cenicienta del cuento. Un cuento escrito por estos sinvergüenzas con la complicidad de algunos "tangueros" que ya creen les ha caído encima el bronce de la estatua.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

15.8.07

El solitario de San Ignacio

Me encargaron un libro sobre Horacio Quiroga. Deberé seleccionar sus cuentos y escribir una nota extensa, introductoria del volumen. Por lo tanto,ya me sumergí en ese mundo inhóspito, solitario (casi huraño) de este excelente cuentista.
Horacio Quiroga encontró su lugar en el mundo cuando se retiró a esa vida alejada de la civilización, a orillas del Paraná, a unos cinco kilómetros de San Ignacio.
La selva lo rodeaba, lo rodeaban las alimañas, el río, los mosquitos, el calor y el silencio. ¿Estaba a gusto en ese lugar? ¿Realmente le agradaba permanecer tan alejado de la ciudad, de sus amigos de Buenos Aires, de las tertulias literarias?
"El corazón humano es tan insondable como el mar" -decía Lautreamont y, por lo tanto, es difícil saber qué pasó por la cabeza de ese hombre que era Profesor en el Colegio Nacional para irse a enterrar en el monte misionero.
Lo que es indudable es que escribió sus mejores textos en esa lejanía. Sus cuentos, técnicamente perfectos, tienen un conocimiento acabado de la naturaleza que describe. Sus climas tienen grandes influencias de sus escritores admirados: lo sombrío de Poe, lo fantasmagórico de Kipling, la brevedad de Maupassant, la entereza moral de Conrad. Allí están sus padres literarios. Y Quiroga reconocía (lo dice en su Decálogo del Perfecto Cuentista) estas influencias, de escritores a los que admiraba.
Pero nada invalida sus excelencias de escritor. Esos libros que escribió en soledad, son de lo mejor y a ellos les debe su trascendencia. A Horacio Quiroga se lo lee porque interesa su lectura, porque son atrapantes sus historias y porque demuestra, en cada línea, esa férrea lucha del hombre contra las fuerzas de la Naturaleza y contra sus propios fantasmas.
La vida de Quiroga fue trágica. Provenía de una familia de suicidas y su esposa terminó suicidándose. Años después, atacado de una enfermedad terminal, él también se suicida en el Hospital de Clínicas. Se envenena con cianuro.
También su hijo Adrián seguiría el camino trágico de su padre.
Se están por cumplir 70 años de su trágica muerte y sus libros siguen ocupando las mesas de librerías, se ofrecen como lectura a los jóvenes estudiantes y, siempre, es un gozo descubrirlo y releerlo.
Por lo tanto, se que mi tarea será placentera porque hablaré sobre un escritor al que quiero y porque encontrarme, otra vez, con sus cuentos, es una aventura que no se puede dejar de correr.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

5.8.07

la mula en el pozo

Hay un cuentito que anda dando vueltas por allí (¿vieron que se han puesto de moda las historias ingeniosas con mensajes aleccionadores?)que dice lo siguiente: una mula se cayó en un pozo y era imposible sacarla. Entonces, el dueño de la mula fue a buscar a sus amigos y compañeros para que lo ayudaran a enterrarla.
Entre todos, comenzaron a arrojar paladas de tierra al pozo y, oh, sorpresa, en algún momento vieron emerger la cabeza de la mula que, por el simple expediente de sacarse la tierra que le caía encima, consiguió hacer crecer la plataforma de tierra que le sirvió para salir del pozo.
Es lindo el cuentito. Y se pueden sacar más de una moraleja. Una de ellas es que, por más tierra que te echen encima, debés sacudirtela y sacar la cabeza del pozo. Otro mensaje sería que, entre todos, consiguieron un método que sirvió para remediar el problema. Y otro, sería que la mula es un animal inteligente, más inteligente que el hombre...
Sea cual fuere el mensaje, es cierto que la unión hace la fuerza y que lo que no puede conseguir uno, lo consigue, de pronto, el conjunto. Y también que la maledicencia es una vieja garrapata que los humanos llevamos prendida al corazón, desde siempre. Por lo tanto: no se le debe dar importancia a las piedras que nos ponen en el camino o a la tierra que (como en el caso de la mula en el pozo) le arrojaban encima.
También el mensaje podría tener que ver con que esa gente dio por muerta a la mula antes que ésta se muriera; decidieron enterrarla viva !qué bárbaros! Igualito a lo que pasó en un sanatorio de Quilmes donde dieron por muerto a un pobre hombre que aún respiraba.
Es interesante contemplar, a veces, el alma humana que se desviste y sale a pasear y, entonces, podemos reconocerla como tal; con todas sus imperfecciones, sus arrugas, sus cicatrices, sus verrugas, sus heridas. El alma humana, tan insondable como el mar, convertida, siempre, en un campo de batalla donde confrontan permanentemente, dos ejércitos, los dos invasores, los dos impostores, los dos con apetitos salvajes.
Y otras veces no es necesario decretar la extremaunción. Estamos muertos en vida. Hemos perdido sensibilidad, hemos perdido capacidad de amar al otro. Hemos perdido la sustancia existencial.
Hagamos lo de la mula; seamos sobrevivientes. Y aunque nos persigan a piedrazos o a golpes de tierra, saquemos la cabeza y vivamos...!VIVAMOS!

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

31.7.07

El falso Inspector Dew

Hace poco escribía yo una nota en el diario sobre Crippen y el invento de Marconi. Me refería al doctor Crippen, uno de los criminales tristemente célebres que pasaron a la galería internacional del crimen. Este hombre había descuartizado a su esposa, intentó escapar con su amante y el telégrafo, formidable y novedoso (en esa época) invento del italiano Guillermo Marconi, hizo que, desde el barco en que huía, el capitán informara a Scotland Yard de la presencia de la pareja; un barco más veloz los interceptó y el Inspector Walter Dew los arrestó en cubierta.
Hasta aquí, el caso real. Crippen fue colgado mientras su amante zafó porque no se le pudo probar su intervención en el crimen.
Al poquito tiempo de escribir esa nota, me topé con una novela policial firmada por Peter Lovesey quien, retomando el caso de Crippen (o parafraseando) inventa una trama ingeniosa, bastante sorprendente dentro del esquema de la novela policial de estos tiempos.
"El falso Inspector Dew" trata sobre el caso de un dentista que es prácticamente basureado por su mujer (ella es la que tiene el dinero)y cuando esta esposa propone regresar a los Estados Unidos para continuar su carrera como actriz, vendiendo hasta el consultorio del pobre cristo, éste decide asesinarla en el barco, con la complicidad de una muchacha romántica, que lee novelitas de amor y que se siente prendada del odontólogo, luego de haber concurrido al consultorio como paciente.
El asesinato se va a consumar en el barco; va a arrojar el cuerpo de su mujer por el ojo de buey al mar y así parece ser. Pero la mujer que recogen, muerta, de las aguas no es su esposa sino otra y allí empieza la historia.
Este criminal en potencia se ha registrado con el falso nombre de Walter Dew y lo confunden con el célebre detective de Scotland Yard (que está, ya, retirado) y le piden que investigue el crimen. El acepta y, en definitiva, tiene éxito.
El barco llega a los Estados Unidos, pero debe regresar, enseguida, a Inglaterra y él tendrá que volver y presentarse en el juicio que condenará al criminal que ha descubierto. Mientras tanto, su eventual cómplice se ha enamorado de otro hombre y él se siente liberado de la muchacha, a quien no amaba.
No cuento más. El final es ingenioso y cierra bien la trama. Peter Lovesey conoce su oficio. La única objeción a hacerle es que, si no se conoce el caso Crippen, puede ser confuso para el lector. Porque, en realidad, copia mucho de lo que ocurrió en esa historia real para tramar la de su libro.
Una buena novela policial que recomiendo.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

22.7.07

Crippen y el invento de Marconi

Hace mucho que no escribo nada truculento, si es que aceptamos que las barrabasadas del gobierno de Kirchner más que truculencia son hijoputismo. Por eso, se me ocurrió que, hoy, venía bien para una tarde encapotada, con un frío de la santísima puta, contar la historia de este médico norteamericano al que colgaron en una prisión inglesa en 1910.
El cuento es el siguiente: Hawley Crippen era médico (no se sabe si oftalmólogo, homeopático u odontólogo)y le gustaban las chiquilinas. Por lo cual, se casó con una muchachita que tenía 17 años mientras él ya andaba por los 30. Esta jovencita se llamaba Lidia y le gustaba ser corista, estudiaba teatro y gastaba lo que no tenía.
Pronto, la pareja se endeudó y tuvieron que cambiar, en 11 años, un sin fin de domicilios para escapar de los acreedores.
Hasta que, al final, se fueron a Inglaterra donde Crippen debió vivir de un trabajo como vendedor. Su mujer seguía gastando y Crippen seguía buscando jóvenes mientras ya andaba por los 50.
Finalmente, enganchó a una muchacha de 30 que se llamaba Ethel Le Neve y comenzaron a ser amantes. Hasta que un día, Crippen les dijo a las amigas de su mujer que ésta se había vuelto a los Estados Unidos y, tiempo después, les anunció el fallecimiento de su esposa en el Estado de California.
Pero una de las amigas de Lidia, observó joyas que le pertenecían a la supuesta muerta en poder de Ethel. Fue corriendo y denunció a Crippen a Scotland Yard.
Un Inspector llamado Walter Dew fue el encargado del caso, allanó la vivienda de Crippen sin hallar nada, pero éste se asustó y decidió escapar con su amante. Tomaron un barco que se llamaba "Montrose" para irse a los Estados Unidos. La amante iba disfrazada de hombre y se hacían pasar por los Anderson, padre e hijo.
El capitán Kendall vio que estos "padre e hijo" paseaban por la cubierta de la mano y se hacían arrumacos. Como ya estaba enterado que Scotland Yard los buscaba porque habían encontrado el torso de Lidia enterrado debajo de la vivienda, utilizó el flamante invento del italiano Guillermo Marconi: el telégrafo. Y, de inmediato, Scotland Yard envió un barco más rápido que el "Montrose" con el Inspector Dew a bordo que los interceptó e hizo regresar a la pareja a Inglaterra.
El doctor Crippen confesó su crimen; había arrojado la cabeza de su mujer al Canal de la Mancha y desintegrado los miembros inferiores y superiores del cuerpo. Fue colgado en Pentonville el 10 de noviembre de 1910. Su amante zafó; no se le encontraron evidencias de que hubiera participado en el crimen y esta mujer falleció en 1967 pidiendo ser enterrada con una foto de Crippen.
Cabe consignar que el doctor también pidió que lo enterraran con una foto de Ethel.
El crimen del doctor Crippen figura en novelas de John Dickson Carr, en una novela de Peter Lovesey llamada "El falso Inspector Dew" y en volúmenes firmados por John Boyne y otros donde se relata este resonante caso.
Como vemos, el alma humana no tiene redención y desde Jack el Destripador para acá, han sido incontables los criminales en la historia del mundo.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

17.7.07

La guita en el placard

!Qué gobierno de sinvergüenzas! !Qué gobierno de desfachatados! !Quieren hacer creer que es lo más normal del mundo que una funcionaria tenga un fangote de guita en el placard del baño de su oficina!
Y haciéndose los tontitos como esos perros a los que se culean en la calle, quieren hacernos pasar gato por liebre, y hacernos creer que vivimos en el mejor de los mundos mientras le pagamos a Chavez brutos intereses por los préstamos y el jefe de gabinete nos dice que es correcto la contratación de familiares de la Picolotti.
Cuando se destape bien la olla de esta banda que tomó el poder en la Argentina, reíte de Al Capone. Cuando logremos levantar la alfombra que, hoy, por nuestra ceguera y nuestro pelotudismo, hace dar todo por sentado, caeremos en la cuenta que la basura nos tapará hasta el cogote.
El pueblo argentino es absolutamente frívolo y oportunista. Y como su mayoría es mediocre y aspira a los boatos del poder, acepta todo, maravillado. Acepta que la "primera dama" se compre lo más caro en los Free Shop del mundo; que no se rinda ninguna cuenta a nadie; que el Presidente se pase por las pelotas a la oposición y maneje el país como si tuviera derecho de pernada. Acepta que la inflación avance a paso acelerado y el INDEC (manipulado por los patoteros del gobierno) lance porcentajes que son ridículos.
Todo está bien entre nosotros, como estaba bien la dictadura militar y aquí no desaparecía nadie y todos vivíamos en el mejor de los mundos. Y después le dimos la reelección a Menem, aceptamos el indulto que, hoy, criticamos, vivamos a Galtieri y, ahora, abominamos de la guerra de Malvinas y aceptamos todo, todo...como que haya cuarenta mil millones de dólares en el banco y no se le haya devuelto a los ahorristas lo que le robaron y que las escuelas se caigan a pedazos y no tengan ni estufas en invierno.
Es tanto el hipoputismo de estos tipos que un paredón sería chico para ponerlos contra la pared y hacerles vomitar todo lo que nos han choreado.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

9.7.07

Nevando en Buenos Aires

!Qué ganas de jodernos el romanticismo y nuestro perfil snob! Hasta hoy, era en París donde nevaba y uno podía toser y abrigar a su amada mientras se ponían blancos los tejados de la Rue St. Michel o la Sacre Coeur o el cementerio de Montparnasse.
Pero resulta que, ahora, hasta la nieve se ha vuelto cursi y se permite descender en !Buenos Aires! !Qué insolencia, propia de estos tiempos de pingüinos demagogos que hasta cambiaron el clima de la ciudad!
Nevó y, aunque no se crea, mis árboles se pusieron canosos y los techos adquirieron esa semejanza de una mañana en Lucerna (¿viste?)y recordé una noche volviendo del casino suizo con la nieve que me golpeaba en los hombros y también en los bolsillos menguados...
Siempre es romántico ver caer la nieve cuando uno tiene la fortuna de no vivir permanentemente en medio de ella. Los tipos que viven en pueblos donde nieva, tienen varicocele y esto es un axioma de hierro.
Pero, entre nosotros, ciudad donde nunca pasa nada de esto, salvo algunos crímenes por querer sacarte las monedas para el colectivo o los discursos del presidente que te sacuden la modorra y te escupen dentro de las dos neuronas argentinas que cada uno de nosotros posee en el cerebro, nada sucede...
!Y ahora nevó! Y un tipo le dijo a las cámaras de la televisión que había sentido una gran emoción...Le faltó agregar: "como cuando salió campeón Ferro o cuando me nació el primer hijo o me acosté con la primera mina" !Qué se yo! El pueblo argentino es así: se emociona cuando nieva y no le hace ni fu ni fa si matan al carnicero de la esquina.
!Qué tipos románticos y exóticos que somos! Yo salí al fondo de mi casa, constaté que hasta el caño de gas estaba blanco, que el césped tenía una capita espesa de nieve y vi cómo seguía cayendo desde el cielo esos hilitos blancos. Era la primera vez que, en Buenos Aires, veía nevar. Y, de inmediato, pensé: ¿Qué dirán esos tipos que hablan del recalentamiento de la tierra? ¿O será al revés? ¿O nos estaremos por petrificar todos con un hálito polar? !Es, realmente, una duda para Hamlet!
El asunto es que nadie podrá, de aquí en más, quitarnos lo bailado. Y si alguien viene de Europa o de Estados Unidos y se manda la parte que vio nevar, qué se yo, en el cañón del Colorado o en la Plaza Vieja de Praga, usted ponga aire de canchero, de intelectual que está saliendo en algún documental histórico por la tele y dígale: "yo también vi nevar, pero fue aquí nomás, entre la casa de Cacho y la Tota, donde está el potrerito; uy, !caía una nieve!.."
Y nunca más nadie podrá sacar patente de ser superior porque conocía la nieve y usted, no. Y de ahora en más, no será necesario ir a Bariloche ni a Las Leñas ni al Cristo Redentor. Tendremos nieve a domicilio, delivery de nieve, cuando se nos antoje, porque así lo decretó el gobierno que trata, por todos los medios, de entretenernos mientras esperamos las elecciones de octubre.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

7.7.07

La Inflación

Hasta no hace mucho tiempo, iba al supermercado y compraba por 300 pesos 12 canastos de alimentos. Ahora, ni siquiera con el mismo dinero (debo poner unos 40 o 50 pesos más) traigo la mitad de canastos. ¿Estamos en el mejor de los mundos, como parece hacernos creer este gobierno?
La inflación se está comiendo todo y los precios se han desbandado. Un café, en una confitería del centro de Buenos Aires, lo pagué 4,25 pesos; una medialuna 1,10. Esta verdadera estafa al consumidor, me ocurrió hace poquitos días en un local de la firma "Delicity".
Sin embargo, Kirchner sigue hablando de la bonanza económica. ¿Para quiénes? ¿Para la Ministra Micelli que se da el lujo de dejar una bolsa con muchísima guita en su oficina o en su baño o qué se yo dónde? ¿O era un "vuelto" fresquito que le habían dado por sus buenos servicios los lobistas?
Nunca la mentira estuvo tan a la orden del día como en esta época. El Presidente miente y sus funcionarios, también. Pero ya sabemos que la mentira tiene patas cortas y, en algún momento de esta historieta, todo se derrumbará y aparecerá, otra vez, el verdadero rostro de la Argentina, con su hambre, con sus dramas sociales, con las carencias que no se resuelven, con el colapso del transporte público, de los servicios públicos, de la seguridad, de la educación y la salud.
Pregunto: ¿qué carajo hizo este gobierno en estas materias? ¿Dónde están las políticas de Estado? ¿Cuáles son los planes a largo plazo? Todo es demagogia barata y caja...sí, caja. Están dilapidando los recursos del país, están robando como nunca. Y las cosas se les empiezan a ir de las manos.
La gente, en su mayoría, ignorante y tonta, se dejó encandilar por Menem y, ahora, por este sinvergüenza, dictadorzuelo de opereta, de una gran pobreza intelectual, sin hondura en sus conceptos. Sólo alardes burdos de compadrito, buscando agredir, diariamente, a un interlocutor distinto.
El país pagará muy caro estos años. Y nuestra clase dirigente sigue siendo tan impresentable como siempre. He dicho.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

29.6.07

La buena memoria

En esos discursos que dan vergüenza ajena, nuestro presidente, en un alarde más de su patoterismo infantil, dijo que el próximo 28 de octubre, desde Tierra del Fuego (¿Tierra del Fuego?)a Jujuy, las urnas "van a estar llenas de buena memoria".
Un santacruceño (que lo conoce bien) le contestó: "sí, presidente, ojalá tengamos buena memoria" y pasó a enumerar lo que deberíamos recordar todos.
Recordar, por ejemplo, que este buen señor se olvidó de los "derechos humanos" que tanto pregona y, durante la dictadura militar, se fue a hacer negocios a Santa Cruz, como abogado usurero. Esto le permitió la fortuna que, hoy, tiene. Más de 25 propiedades declaradas en el sur y otro tanto en poder de testaferros.
Ojalá recordemos -dice este memorioso santacruceño- que fue un gobernador menemista, que votó a Menem en 1989, que hizo lobby en el Congreso para que se votaran las leyes de privatización de YPF y de hidrocarburos, que respaldó la reelección presidencial en 1995; que, junto a su esposa Cristina, fueron entusiastas partidarios de reformar la Constitución, en 1994, para permitirle la reelección a Menem y para que le diera una excusa y hacer lo mismo en Santa Cruz.
Que en su provincia, hizo lo mismo que Menem. Consiguió la reelección, creó una Corte que le fuera adicta, manejó a los jueces, asfixió a la prensa y vivió gracias a las regalías petrolíferas que le enviaba "su jefe político desde Buenos Aires".
Ojalá recordemos -sigue diciendo este memorioso- que en el 2001, este señor defendía la Convertibilidad y decía que, salir de ella, sería "un error catastrófico".
Como funcionario público, multiplicó de modo impresionante su patrimonio y además se abstuvo de presentar declaraciones juradas que nunca, por otra parte, le reclamaron.
Que la "Argentina del pasado" de la que habla, estaba integrada por él y muchos de sus ministros y funcionarios. Scioli fue funcionario de Menem y Duhalde; Alberto Fernández fue legislador de Cavallo y superintendente de seguros del menemismo, Martín Redrado, presidente del Banco Central, fue funcionario económico menemista, Aníbal Fernández, prófugo de la justicia, fue ministro de Duhalde y de Ruckauf en la provincia, Ginés González García fue ministro de Duhalde, Miguel Angel Pichetto apologista del menemismo, ahora presidente del bloque de senadores, etc. etc. etc.
Como vemos, este santacruceño de muy buena memoria, puntualiza una serie de actos y acciones del pasado, de los cuales el presidente parece haberse olvidado.
En un país como la Argentina, donde la desmemoria es una constante, pueden supervivir estos personajes nefastos, siempre encaramados en el poder de turno.
Ojalá, algún día, recuperemos la memoria en serio...

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

26.6.07

Acción y Reacción

Tipos como Kirchner crean a tipos como Macri. La soberbia y la estupidez de este presidente (así con minúscula) provocador de cuarta categoría y que demuestra, a cada paso, su mediocridad y su carencia de todo, hace que prolifere un sujeto como Macri, especulador, astuto, buen comerciante y, seguramente, con una visión muy clara con respecto a sus intereses.
El poder de la ciudad de Buenos Aires en manos de Macri, será más de lo mismo. Porque, en la reunión de mañana, acordará con Kirchner (esa será su finalidad)y, en definitiva, como dicen lúcidamente muchos sectores de izquierda (menos aquellos "progre" que están, siempre, buscando acomodo) los dos son caras de una misma moneda.
En el fondo de toda esta historieta, que tiene a la Argentina como rehén de estos impresentables sujetos, se unen en un proyecto que intenta ser hegemónico y quedarse con todas las leches posibles de un país que sale de los marasmos con curiosa facilidad, pero que tiene sumido a su pueblo en la indigencia y en la falta de futuro desde hace décadas.
El "progresismo" de Kirchner no es tal; no tienen planes, no tienen ideas, sólo demagogia barata, patoterismo y una caja respetable. Esta caja compra conciencias a diario; de allí la cantidad de "panqueques" que se pasan, con llamativa facilidad, al oficialismo.
El proyecto de Macri será, sin duda, privatizar todo lo que pueda, darle la cultura a manos mercachifles, y encarar algo que sea elitista y beneficie a sus amigotes de la Recoleta. No le veo otro futuro que esto.
Pero creer que Filmus (ese tontito engolado) era mejor que Macri, sólo puede entrar en los cerebros calenturientos de una izquierda ingenua o no tanto; encima, acompañado por un banquero marxista, extraña combinación de un tipo que apoyó el "corralito" urdido por Cavallo.
Todo es un cambalache en la Argentina; mientras tanto, la sociedad se pone cada día más violenta, matan a las personas por nada, cometen desmanes donde se agrede a todo un barrio, la droga hace estragos en todos los rincones, no hay energía y esto es paradojal: un gobierno que habla de productividad y las empresas no pueden producir porque les restringen la ENERGIA. Todo es así entre nosotros, el reino de la improvisación y de este sinvergüencismo de dirigentes (¿de dónde salen estos tipos?) que sólo roban, roban, roban...
Las palabras, entre nosotros, ya están de más...

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones con premios nacionales e internacionales)

12.6.07

Dos casos

!Quién duda que la justicia argentina es un mamarracho! Como es el país, país que no aprende de las lecciones de la historia y comete, siempre, las mismas torpezas. "Torpezas" es un formidable eufemismo para cubrir palabras como "imbecilidad", "horrores" "corruptelas de todo tipo", "superficialidad manifiesta", "hipocresía", "demagogia" y "oportunismo".
La Argentina es uno de los pocos países que tropieza, dos veces, con la misma piedra. Producto de gobiernos que no son serios, que se manejan bajo la corrupción y la indolencia, que aplican ese viejo lema que dice que el pueblo "es un niño enfermo, bobo y esquematizado".
No se puede creer lo que está sucediendo en estos dos casos resonantes: el del crimen de la señora García Belsunce y en el asesinato de Nora Dalmasso, los dos hechos sucedidos en familias de clase media alta, en lugares supuestamente seguros y residenciales y los dos con un grado de impunidad y soberbia (que es lo que otorga el poder) inauditos, en cualquier lugar del Planeta, menos entre nosotros.
La cantidad de aves negras (perdón, quise decir abogados) embarrando los acontecimientos, cambiando de mano en mano, con declaraciones cada vez más ambiguas y eufemísticas y los medios de comunicación, de una hipocresía e infamia sin precedentes, desnudando bajezas, miserias íntimas que, luego, se contradicen y así hasta el infinito...
Da asco asistir a este verdadero show de mentiras, ocultamientos, dudoso humor, conventillo de cuarta. Y lo que es peor (una constante en el país) que, siempre, se investiga a la víctima y, al final, es ésta la que sale culpable como pasa con esta pobre mujer, Nora Dalmasso, a la que le endilgaron cualquier cosa sin prueba ni fundamento alguno.
Creo que, entre nosotros, se ha perdido todo nivel. Somos cada vez más vulgares y, como siempre digo, es muy difícil volver de la vulgaridad; es un proceso sin retorno, es fruto de la decadencia, de la mediocridad, de la falta de escuela. De años y años sumergidos en el populismo, en la canallada, en la "piolada" argentina. Lamentablemente, las cosas van de peor en peor y nadie saca a relucir su palabra rectora, su ejemplo moral y ético contundente. Por el contrario, la falta de escrúpulos, el mercantilismo exacerbado, la estupidez que logra ratings impresionantes, son caras de una misma moneda: un país que ha perdido la brújula desde hace mucho tiempo y no aparece ningún capitán de barco que señale el rumbo correcto.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

5.6.07

Una novela

Entre mis tareas (cada vez más numerosas) y mi falta de tiempo y esa sensación de que, nunca, se podrá uno detener un instante porque, siempre, hay algo más para hacer, estuve leyendo una novela policial que se titula: "Los rojos Redmayne" y que publicó, en su momento, "El Séptimo Círculo" y que, ahora, la leí publicada por la editorial Bruguera en su colección: "El Club del Misterio".
La novela es larga, pero es interesante por el clima de suspenso y misterio que fabrica el autor aunque el final no deje demasiado para el asombro porque, de alguna manera, se viene insinuando desde páginas atrás.
Pero lo que quería comentar es que el autor de esta novela y otras es Eden Phillpotts, un escritor nacido en la India, que llegó jovencito a Inglaterra y que se puso a escribir, primero, novelas costumbristas para, luego, dedicarse a la literatura policial en donde consiguió algunos títulos interesantes.
También recordé, mientras lo leía, que a este escritor lo traduje, en su momento, como poeta, cuando preparé una Antología de Poesía Inglesa para la editorial Andrómeda.
Y si bien esta Antología aún no se publicó, allí hay algunos textos de Phillpotts que merecen leerse en su condición de poeta.
Estas sorpresas son comunes en la literatura policial, donde muchos prestigiosos intelectuales se le acercaron; a veces, escondidos tras un seudónimo; otras, como es el caso de Phillpotts, con su nombre verdadero. Allí encontraremos a Nicholas Blake, seudónimo de un gran poeta irlandés llamado Cecil Day Lewis. Recordemos que Blake tiene un clásico en el género como "La bestia debe morir".
Y allí encontraremos a Wilkie Collins, a Charles Dickens, a Anton Chejov, a Boris Vian, a William Faulkner, que se dedicaron, con más o menos intesidad, a escribir textos policiales. !Y qué decir del gran Chesterton, al que le debemos la creación de ese personaje encantador que es el Padre Brown!
Nunca hay que subestimar los géneros literarios. No hay divisiones entre lo que algunos consideran "culto" o "serio" y lo que es literatura popular. ¿Quién puede establecer esta división? ¿Es más poeta el que escribe un libro de poemas a aquel que se dedica, de lleno, a la canción? Entre nosotros, Homero Manzi jamás escribió un libro; ¿es, acaso, menos poeta que Banchs que, sí, los escribió?
El género policial tiene formidables escritores que, en su momento, se acercaron y escribieron lo suyo. Ha habido, en esa nómina, intelectuales de fuste, pensadores, filósofos, historiadores, filólogos. Todos hicieron un aporte al género y el género recibió a todos y se constituyó, en una época, en un "boom" de la literatura popular.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

30.5.07

Los silencios

Decía, el otro día, en un Editorial del diario "La Ciudad" de Avellaneda (en donde trabajo desde hace casi treinta años) que las autoridades nacionales siguen haciéndose las desentendidas de los graves problemas que padece el país. Entonces, se llaman a silencio; silencio que, por otra parte, es artero, cínico y malintencionado.
La Argentina está llena de silencios infames. Durante el Proceso Militar, la mayoría de la población junto con los militares que habían asaltado el poder, se hacían los distraídos de los serios sucesos que aquí ocurrían. Los muertos y desaparecidos de la dictadura militar contaron con el silencio cómplice de muchos compatriotas.
Y sigue ocurriendo en la llamada "democracia" donde el gobierno de Kirchner, se silencia y no da su palabra ante la ola de crímenes urbanos y suburbanos, ante los graves episodios de violencia como los de la estación Constitución, ante los desórdenes e incidentes en las canchas de fútbol, en los problemas de los docentes en Santa Cruz, ante el colapso generalizado de falta de gas, energía, caos en el transporte público, en el tránsito, en los hospitales, en las escuelas, etc.
Así es muy fácil gobernar. Desentendiéndose de los graves problemas que atraviesa la población, que ante el intenso frío no tiene gas, que le cortan la luz en cualquier momento y a cualquier hora, que no tiene una educación que sirva para sus hijos, que no puede ir a los hospitales porque la espera es monstruosa y que no puede salir tranquila a la calle porque la asaltan y la matan.
Esto no es ficción ni realidad virtual; es una verdad de a puños. Entonces ¿de qué vale la reserva monetaria de la que se jacta el gobierno si aquí no hay política de Estado ni se solucionan los padecimientos de la gente?
No mintamos más.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

20.5.07

¿Lunares o verrugas?

El economista Pablo Broder disertó en el Rotary Club de Avellaneda; supusimos que daría un pantallazo sobre la realidad económica del país, pero, en verdad, Broder se limitó poco a la economía aunque señaló algunas dificultades próximas y se centró más que nada en lo político, donde cargó muy fuerte contra el gobierno de Kirchner.
Entre las cosas que marcó, está el problema de la propia provincia del Presidente -Santa Cruz- la corrupción que saltó en la empresa Skanska, el avance sobre la magistratura, la descalificación permanente a la oposición, la complicidad de los medios de comunicación, los fondos reservados, la poca transparencia en el manejo de la cosa pública y el tema del INDEC, que ha superado todo análisis racional.
Broder señaló la falta de seguridad jurídica que conspira contra las inversiones y dijo que China y la India son los dos países que están recibiendo mayor ayuda de los inversionistas.
También sorprendió el dato de que exportamos toneladas de soja e importamos containers !llenos de celulares!
Dentro de América Latina, figuramos en el noveno lugar, detrás de países como Chile, Brasil, Colombia, México y algunos de Centro América.
Todo esto y mucho más dijo el orador en la casi hora de exposición.Fue, sin duda, muy crítico, pero su análisis me pareció correcto. En definitiva: dijo lo mismo que vengo diciendo en mis editoriales del diario, donde critico esta gestión casi desde el inicio.
El autoritarismo del Presidente,su hegemónico modo de manejar la cosa pública, su prepotencia y su falta de diálogo con todos los sectores, hacen que el país esté como en vilo,sentado solamente sobre la bonanza económica que, como expuso Broder, no es tal si la comparamos con otras naciones del continente.
La protesta social, que se está haciendo oír y muy fuerte, puede ser un detonante muy serio para el gobierno.Da la impresión que comienzan a desbordarse muchos temas que, o estaban ocultos o comenzaron a salir a la luz, con virulencia.
También comentó Broder que los medios de comunicación, muy cómplices en general con el gobierno, están empezando a decir algunas cosas.
Fue una noche anti-kirchnerista. Y la concurrencia lo escuchó con respeto más allá de la ideología que puede profesar cada uno.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

15.5.07

Entre la salud y la enfermedad

Hablaré un poco de la salud física y, también, de la enfermedad física. Porque los otros males, los del alma, son, creo, mucho más comunes y menos visibles que estos.
Los tiempos que corren tienen de los dos, pero seguramente las enfermedades del espíritu suelen esconderse en los arcones, en los viejos rincones de las casas y, a veces, se está muy enfermo y el que lo padece no lo sabe.
Las comunidades modernas están enfermas de soledad, de desamor, de falta de solidaridad. Están enfermas de soberbia, de estupidez, de afán de protagonismo, de banalidad, de apariencia, de indolencia. Estas son algunas de las enfermedades interiores que el hombre intenta disfrazar con eufemismos, con cháchara hueca o con ominosos olvidos.
Pero quiero hablar de la otra, de la enfermedad física. La salud es un bien invalorable, se dice desde los tiempos antiguos. Es una verdad de a puños. No es lo mismo transitar por la vida con buena salud o sin ella. Cuando un hombre está enfermo, es medio hombre. Pierde el sentido de trascendencia, se abandona a todo lo funesto, se vuelve patético e indefenso.
Por eso, causa pena observar esas salas de espera donde están los "pacientes", aguardando, muchos de ellos, por esa medicina milagrosa, por esa palabra que dice el médico y sirve para levantar el ánimo. A veces, el diagnóstico es a cara y cruz. A veces, salva y, otras, hunde. La medicina actual tiene infinitos caminos para develar los misterios de la enfermedad. Y en esos estudios que suelen realizarse, el resultado tiene dos caras.
Es importante que concurramos a los médicos, que no le prestemos atención a la infinidad de charlatanes que lucran con medicinas "alternativas" ni pensemos, tontamente, que aparecerá la pócima salvadora. Sólo se trata de aplicar el sentido común.
No es bueno estar enfermo, padecer de dolencias, tener la incertidumbre de cómo se resolverá el tema de nuestra salud; no es bueno tener achaques, sentirse disminuido físicamente, penar por los consultorios sin alcanzar el bienestar.
Por lo tanto, es importante la tarea preventiva, anticipar los males, desechar las sorpresas no deseadas.
Mientras consigamos que nuestro cuerpo responda con eficacia a las contingencias de la vida diaria, mientras sintamos que su respuesta es, al menos, coherente y positiva, mientras la plenitud de nuestro cuerpo nos permita desarrollar a la perfección nuestra vida, habremos alcanzado esa felicidad que no pasa, como creen algunos, en bolsillos repletos y sí pasa por estar en armonía con nosotros mismos.
Desde luego, cuerpo y mente son una sola cosa y aquello que, ya, los antiguos conocían a la perfección, debe ser el resultado de una vida vivida lo más intensa y agradablemente posible.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

11.5.07

Las evasiones

Desde que el mundo es mundo y el hombre es hombre, siempre necesitó éste de una puerta abierta, de un espacio libre, de un mundo distinto, de un paisaje que lo entretuviera y de juguetes que le obligaran a jugar y, así, escapar de la agobiante, de la mediocre realidad.
Las evasiones, entonces, no quedaron solamente limitadas a los encarcelados en las prisiones reales. Cada uno de nosotros es un prisionero, de diferentes prisiones, pero prisionero al fin.
Por eso, la literatura de evasión, por eso las interminables argucias humanas para distraerse; la guerra fue, en la antigüedad, el espectáculo de distracción que se inventó y a pesar de las masacres y a pesar de las vidas humanas que quedaban en los campos de batalla, el ser humano sentía que esa adrenalina despedida era lo mejor que podía pasarle para vencer a la opaca existencia, a la dramática realidad.
Los años pasaron, pasaron las civilizaciones y el hombre de hoy busca, desesperadamente, nuevas opciones para escapar. Todos los días, inventa artefactos, inventa cosas como el cine y la televisión, inventa las computadoras, el Internet, los juegos virtuales. El hombre se fabrica nuevas ventanas abiertas para poder evadirse.
Entre esas evasiones, están, hoy por hoy, los libros de autoayuda donde ciertos autores dan consejos, les dicen cómo deben proceder ante determinadas situaciones y todo eso sirve para quedarse fuera de la realidad por un rato e imaginarse que, a partir de esa lectura, podrán ser otros.
También están los programas televisivos donde cuentan las vidas ajenas y hacen vivir momentos que parecen señalados para uno, pero no. Todo es ficción, todo es falsa realidad.
Sin embargo, son los que más ratings tienen; son los más vistos y comentados. Como ese invento de "Gran Hermano", una densa y morosa exposición de vidas ociosas metidos en una casa y que nosotros observamos desde el sillón de nuestro living.
Son infinitas las maneras de querer vencer el hastío que propone la realidad. Un día, Oscar Wilde se encontró con un amigo que hacía mucho no veía y éste le contó una historia tan real y tan aburrida que Wilde le dijo: "Mira, por lo que me cuentas, sé que es la realidad, pero había una vez un hombre en un pueblito de pescadores que, mientras todos iban a pescar, él se quedaba; y a la noche, junto al fuego, cuando los pescadores le preguntaban: hoy ¿qué has visto?, él contaba que había visto una sirena peinándose, en el mar, sus cabellos verdes con peines de oro y, al otro día, ante la misma pregunta, él contaba que había andado por el bosque y había visto un fauno que bailaba al son de una flauta. Y los pescadores lo escuchaban...
Hasta que un día que fue al mar y vio a la sirena y, luego, fue al bosque y vio al fauno, por la noche cuando le preguntaron qué había visto, él contestó: "hoy no he visto nada".
Siempre la fantasía será más poderosa que la realidad; lo que sucede es que hay mundos fabricados que tienen más poesía, más belleza que otros.
Estos mundos fabricados por la TV o por los libros de autoayuda son tan o más mediocres que la propia realidad.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

1.5.07

El Precinto 87

Muchos años atrás, llegó a mis manos un libro firmado por un tal Evan Hunter. Trataba sobre una escuela de artes y oficios en una zona marginal de los Estados Unidos y de los esfuerzos de un Profesor por encausar a esos alumnos que tenían severos problemas de conducta. El libro era aleccionador, estaba bien escrito, me interesó su historia y coincidía con el planteamiento del autor: sin conocimientos, sin aulas, es imposible mejorar la vida.
Ese libro se convírtió, luego, en una película que se llamó "Semillas de maldad".
Y ese Evan Hunter se transformó en un escritor de novelas policiales llamado Ed McBain, también llevado al cine por su invención del "Precinto 87" una comisaría de una ciudad ficticia llamada Isola (en realidad, es Nueva York) donde se plantean los distintos casos que se suceden allí y en el que tienen intervención una galería de detectives donde descuella Steve Carella (el que tiene una esposa ciega) Meyer Meyer (un judío simpático ) Anthony Parker y otros.
Las novelas de McBain son entretenídisimas, tienen el ritmo vertiginoso de la acción y cualquiera de sus títulos es sinónimo de lectura amena, sobre todo la que más me gusta: una novela llamada "Nocturno" que me regaló, una tarde en Madrid, mi amigo Fernando, en la versión original, en inglés. Me pareció estupenda. Tiempo después, se publicó en castellano.
Este Ed McBain es un italo-yanki que se llama Salvatore Lombino y que, siempre, se escondió bajo seudónimos distintos. Aunque este Ed McBain es el más conocido. Sus títulos más llamativos son: "!Cuidado con el Sordo!" un criminal astuto que provoca al Precinto llamando, periódicamente,por teléfono, burlándose, y volviendo frenéticos a los detectives. "Jack al acecho de la semilla", "En otro sitio de la ciudad", "Veneno" y la que, ya, cité: "Nocturno".
Como dije antes, muchos de estos títulos fueron llevados al cine.
El Precinto 87 (lugar donde se desenvuelve las tramas de estas novelas) revelan, con singular realismo, la vida dentro de una comisaría, con sus luces y sus sombras, y en ese entrecruzamiento de dramas y comedias, se va gestando la historia principal.
Es un buen antídoto para el aburrimiento y es un placer leer a McBain porque cierra con experimentado oficio sus libros.
Este escritor murió de cáncer en 1977 y fue el guionista del filme "Los Pájaros" que dirigió Alfred Hitchcock; la novela, como recordarán, es de la escritora inglesa (autora, también, de "Rebeca") Daphne Du Maurier.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

27.4.07

¿Sangrar por la herida?

Los otros días me comentó un editor que alguien que tiene un programa radial de trasnoche, había metido como mil personas en la Feria del Libro.
Este alguien se dedica a escribir libros sobre numerología, autoayuda, consejos sobre sexo, etc. Es decir, lo que está pidiendo gran parte de la sociedad actual, aquejada por la soledad, las desavenencias y el facilismo.
Piensan que hay recetas mágicas para resolver los problemas de la vida y acuden a estos sinvergüenzas que hacen pingües negocios con las necesidades espirituales de la gente. ¿La buena literatura? Bien, gracias...
Por eso, proliferan los Bucay, los Coelho, los gurúes, los "pastores" brasileños, las iglesias de alternativa, los "sanadores", los "manosantas" de toda laya...Explotan la ignorancia y la desesperación de grandes multitudes que no saben para dónde tomar.
La Feria, entonces, se llenó de personas que nada tienen que ver con los libros, pero sí con seguir a uno de estos tipos. El editor, chocho por el negocio...
Recordé dos episodios en la vida de Baudelaire. Uno es cuando le pide a su editor le envíe algunos ejemplares de "Las Flores del Mal", libro del que no se había vendido nada. Y otro es cuando el propio Baudelaire dice en "Pequeños Poemas en Prosa": "miserable can, te pareces al público" cuando el perrito se pone a oler excrementos...
En todas las épocas, ha sucedido lo mismo. La futilidad triunfa sobre la profundidad; el materialismo sobre el talento. Los inescrupulosos de siempre viven su vida con holgura; el artista la sobrelleva con penurias.
¿Es esto sangrar por la herida? Cuando uno dice estas cosas ¿las dice con una pizca de resentimiento y envidia? Sin duda, este es el argumento de los mediocres que miden las cuestiones a través de su óptica; no entenderán jamás que pueda haber gente que no envidia ese tipo de cosas y que, simplemente, las dice con objetividad porque alguien DEBE DECIRLAS.
Es fácil y hasta una tradición motejar en este país. Lo mismo pasa cuando alguien que critica las prácticas falaces de la democracia es acusado de "fascista"; otro mote muy fácil de ponerle a la gente con el único y exclusivo fin de desprestigiarla.
Hay cosas que se deben decir, aunque uno corra el riesgo de ser acusado de "sangrar por la herida". Pero es indudable que la cultura está necesitando de voces honestas, de artistas que denuncien este estado de cosas y alerten sobre los riesgos de leer semejante basura.
Nadie -desde Dale Carnegie para acá- se salvó leyendo estos libros. "Cómo ganar amigos", "Cómo hacerse rico", "Cómo ser el amante perfecto", "Cómo vencer la soledad", "Cómo conseguir trabajo" (podríamos seguir citando) no son otra cosa que títulos escritos por autores que buscan el comercio, que buscan lucrar con la buena fe y la ingenuidad de los que creen que la solución de sus problemas está en esas páginas.
Nada más lejos de la verdad. La solución está en uno mismo y en esos escritores que nos enseñan a pensar, a cultivar nuestra sensibilidad, a perfeccionar nuestros sentimientos, a cotejar estados de ánimo, a darse la mano con el dolor y a aprender que la vida es una sucesión de acontecimientos en donde debemos poner lo mejor de sí. Si queremos ser amados empecemos por amar. Si queremos recoger solidaridad, comencemos por ser generosos. Si queremos cultura, acerquémonos a los autores cultos. Hay más enseñanza estética y ética en un párrafo de Borges que en todos los libros de Coelho.
A ver si abrimos los ojos y el corazón a la belleza y no a la chantada...

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

20.4.07

La importancia de Internet

Tuve un amigo muy apreciado allá por la década del 70/80 del siglo pasado. Se llamaba Ismael Colombo y era el hijo del célebre imprentero y editor don Francisco Colombo, aquel que había publicado la primera edición de "Don Segundo Sombra".
La familia Colombo era oriunda de San Antonio de Areco, el pueblo de Ricardo Güiraldes y las dos familias eran muy amigas.
Siempre me interesó la literatura de Güiraldes; tanto es así que, en el año 1977, viajé a España para dar, en el Colegio Nuestra Señora de Guadalupe en la Ciudad Universitaria de Madrid, charlas sobre Roberto Arlt y el autor de "El Cencerro de Cristal".
Conocí a Ismael en la recordada librería que poseía el actor Iván Grondona en la calle Montevideo de la Capital Federal. Y como él era tan versado en Güiraldes (además, lo había conocido siendo muchacho) empezamos a tener una buena amistad y a trabajar conjuntamente en un texto donde Ismael (con su prosa poética excelente) iba desgranando aspectos biográficos de don Ricardo y yo realizaba el análisis literario de esa pieza magistral que es "Don Segundo Sombra".
Publicamos una serie de notas en el diario "La Ciudad" de Avellaneda, pero la muerte del querido amigo impidió que siguiéramos trabajando para convertir en libro aquella tarea conjunta.
He realizado múltiples trabajos sobre Güiraldes desde publicaciones a notas pasando por un espectáculo que se estrenó en el Teatro de Luz y Fuerza y combinó guitarra a cargo de Carlos Martínez (el mejor intérprete de la música de Abel Fleury que existe en la actualidad) la voz de mi amiga la actriz Dora Mils, mi texto y la coordinación de Alberto Albornoz.
Ismael Colombo, al estar dentro de mi recuerdo y de mi corazón, seguramente participó, también, de este homenaje al gran escritor.
Pero, ahora viene la sorpresa.Acabo de recibir un mail de María Laura Colombo, nieta de Ismael, que reside en Capilla del Señor y que halló, de casualidad, viajando por Internet, una nota mía publicada en el diario "La Ciudad" en el 2006 donde recordaba al amigo. Y me escribió porque esta muchacha anda rastreando sus raíces y a su abuelo Ismael no tuvo oportunidad de conocerle.
De inmediato, le contesté, le di algunos datos sobre su abuelo, le dije la verdad: que era un hombre bueno, de un profundo humanismo y que tenía una prosa excelente.
Quedamos en contacto; ella me agradeció mis datos y, seguramente, a la brevedad nos veremos personalmente.
Esta es la importancia de este fabuloso invento que se llama Internet en donde uno, además de encontrar todos los datos que se le ocurra, puede encontrar personas y establecer nuevas amistades.
Me pareció tan fantástico esto, que quise transmitirlo y compartirlo con mis buenos amigos, los lectores.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

16.4.07

Poetas del Tango

Tuve que viajar a Mar del Plata para dar una charla en el Hotel de Luz y Fuerza. Este acto estaba dentro de unas Jornadas que realizó la Federación en donde se reunieron más de 1000 personas compitiendo entre sí en la faz deportiva y cultural.
Hubo Maratón, Triatlón, Ajedrez, Ciclismo, Fútbol, exposiciones de pintura y escultura y reconocimientos a los ganadores.
En este marco, mi charla versó sobre los poetas del Tango y tuve una razonable convocatoria de gente muy respetuosa que escuchó, en silencio, mis palabras.
El Tango-Canción que se inició con "Mi noche triste" de Pascual Contursi, dio poetas de real envergadura. En ese recorrido rápido que hice, no faltó Celedonio Flores, el autor de "Mano a Mano", boxeador, frecuentador de la Cortada Carabelas, el que escribió en "Corrientes y Esmeralda": "en tu esquina criolla cualquier cacatúa sueña con la pinta de Carlos Gardel". Y después pasé a Enrique Cadícamo con su Modernismo a cuestas y a Enrique Santos Discépolo con su "Cambalache" donde nombra a personajes que estaban vigentes en su época, como aquel Staviski, estafador polaco que había hecho saltar dos veces la banca en el Casino de Montecarlo y se suicidó en la cárcel de Bayona. Autor de "Tormenta" uno de los grandes tangos y uno de los grandes temas de la literatura universal: el poeta cuestionando a Dios.
También, en esa cabalgata, pasé por José María Contursi, autor de "Gricel", de "Como dos extraños" (estos dos tangos tienen historias reales) y "Tabaco" (!qué versión la de doña Libertad Lamarque!); Contursi, poeta lírico por excelencia fue locutor de radio e hijo del reconocido Pascual Contursi, el de "Mi noche triste" y "La mina del Ford".
Después me interné en la década del 40 con Cátulo Castillo, a quien el padre José González Castillo (muy anarquista él) había querido ponerle, por nombre, "Descanso dominical". Al final, llevó los nombres de dos poeta latinos: Catulo y Ovidio.
Cátulo escribió: "Tinta roja", "La última curda", "Una canción", "Farol" (formidable versión del negro Rubén Juárez) y otros de similar importancia.
Homero Manzi fue otro de los poetas que toqué. Dueño de la ternura, de la evocación. "Sur" es uno de sus grandes temas junto a "El último organito", "Barrio de tango" y "Malena".
Y después le tocó el turno a Homero Expósito, mi amigo, señor de las imágenes surrealistas, de vanguardia. "Tu forma de partir me dio la sensación de un arco de violín clavado en un gorrión" o "trenzas del color del mate amargo" o "ya da la noche a la cancel su piel de ojera". Son incontables los hallazgos de este poeta que tuve la fortuna de conocer personalmente y mantener una relación de cordialidad y amistad.
Cerré (porque entre las palabras y algunas ilustraciones de temas) se iba extendiendo demasiado la charla con mi coterránea, la avellanedense Eladia Blazquez y su "Corazón mirando al sur", una pieza de innegable belleza. La cantaron, a dúo, María Graña y la propia Eladia en una hermosa versión.
La gente se me acercó a hacerme preguntas y estuve largo rato conversando con ellos, como me gusta a mí: el contacto con el público.
Fue un agradable fin de semana en la siempre incesante Mardel y aproveché para hacer largas caminatas en el tiempo libre. Una experiencia más que cansa, pero que gratifica.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, periodista, poeta, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)

6.4.07

Años y Leguas

Me puse a releer un libro que había leído en mi juventud. Me refiero a "Años y Leguas" de Gabriel Miró. Y volví a encontrar el mismo regodeo de la palabra, la misma inquietud por la belleza expresiva, el mismo lenguaje enaltecido que llevó a este escritor a ser considerado, por muchos, como uno de los prosistas más importantes del siglo XX en España.
Miró pertenecía a la generación del 98, la que volvió a levantar a España de su decadencia. Hombres como Azorín, los hermanos Machado, don Miguel de Unamuno, Ramón del Valle Inclán, Baroja y otros, fueron los encargados de darle, nuevamente, estatura intelectual a un país alicaído por la mediocridad, por la pérdida de sus colonias americanas (la última fue Cuba) y por sus problemas económicos y sociales.
Aquello que venía vaticinando Mariano José de Larra se cumplió con creces hasta que esta nueva generación (de la que formaba parte Miró, nacido en 1879) hizo renacer espiritualmente a su nación.
"Años y Leguas" es el último libro de Miró (falleció durante una operación de apendicitis en 1930) y aquí es donde se puede observar, con detenimiento, ese género literario de la "Semblanza", en el que Miró fue un Maestro. Su prosa tiene mucho de poesía, su stock de palabras es riquísimo y su Modernismo, aunque un poco tardío, reafirma su predilección por aquel movimiento que creó Rubén Darío, entre otros cultores.
Es un libro de evocaciones con el protagonismo de Sigüenza, que es su "alter ego". En la prosa de Miró se puede aspirar los olores, ver los colores, disfrutar del paisaje, meterse en la intimidad, en la sensibilidad del autor.
Este escritor nacido en Alicante, que había cursado sus estudios de Derecho en Orihuela (allí donde, años después, nació Miguel Hernández) se ganó la vida en diversos puestos públicos y en distintas ciudades españolas. Son muchos sus títulos y son varios sus fracasos. Como profesional del Derecho, fue recurrentemente bochado para la juricatura; como escritor, le fue negada la entrada a la Academia Real de Letras, episodio que produjo la renuncia de Azorín a la misma; era Azorín el que lo había propuesto para integrarse como miembro.
Por último: "Semblanza", género en el que Gabriel Miró descolló, es un bosquejo con mucho de autobiográfico. Y en los libros de este escritor no hay que ir a buscar el argumento, la trama. Hay que buscar el idioma en toda su plenitud, en todo su esplendor.
Yo lo comparo con otro escritor español que me parece notable: Francisco "Paco" Umbral. Los dos pertenecen a esa escuela del Castellano que produce gozo, regodeo, alegría de hablar un idioma tan versátil y tan expresivo.
Ante un mundo que va despreciando las palabras y circunscribiendo la comunicación a cada vez menos léxico, Gabriel Miró es el exponente contrario; nos hace disfrutar de una lengua insuperable.

ROBERTO DIAZ

(Escritor, poeta, periodista, traductor de habla inglesa, autor de canciones, con premios nacionales e internacionales)